La campaña “El comercio de Barcelona suena bien” da a conocer nuevas historias y experiencias

La campaña del Ayuntamiento de Barcelona para el apoyo y promoción del comercio de proximidad “El comercio de Barcelona suena bien” comienza hoy una nueva fase. Comercios y mercados barceloneses, junto con sus comerciantes, son de nuevo los auténticos protagonistas con sus historias. La campaña fomenta el comercio de proximidad como modelo que beneficia el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos. El comercio hace ciudad y, en detalle, hace barrio.  

Comercios y mercados son espacios con un gran potencial y valor social y comunitario. Contribuyen a la vitalidad de cada uno de los barrios, generan interacción social entre vecinos y aportan actividad en el espacio público. El comercio de proximidad es un espacio en que se generan vivencias y experiencias únicas y, al mismo tiempo, el lugar donde se promueve una formación de hábitos, tanto en sostenibilidad y responsabilidad social como de alimentación saludable, gastronómica y de seguridad alimentaria, valores añadidos entre los cuales hay que destacar la atención personalizada.

La actividad comercial de proximidad es clave en la actividad económica de la ciudad, ya que determina la vitalidad económica de los barrios como generadora y distribuidora de riqueza económica. También es importante para el uso del espacio urbano, porque se convive en él. Comercios y mercados son motores económicos y, al mismo tiempo, contribuyen al mantenimiento de la calidad del espacio público. Además, generan cohesión social y convivencia, una movilidad más sostenible y la seguridad en los barrios.

Nuevas historias

La nueva fase de la campaña se enfoca desde la perspectiva de dependientes y vendedores en su trabajo diario y de relación con el público mediante breves cápsulas de vídeo que muestran a los comerciantes en sus establecimientos. Una voz en off narra cada caso. Las historias que se difunden van unidas a los valores y a experiencias relacionadas con el comercio, como la participación de comerciantes en el proyecto Radares, en que los dependientes establecen relación con las personas mayores, o en la iniciativa “Caminos escolares”, con los chicos y chicas como referentes.

Como dependientes, los protagonistas son Carles e Isabel, de la librería “La Font de Mimir” (Nou Barris). Son comerciantes que participan activamente en muchas iniciativas que se promueven en el barrio, como los caminos escolares. Contribuyen a la idea principal de este proyecto: velar por que los chicos y chicas de la ciudad ganen autonomía personal y calidad de vida mientras van solos a la escuela, o al casal o hacer deporte, y vuelven a casa. Asociados al Eje Maragall, participan con otros comercios en el programa “Tiendas en la calle”, dando a conocer sus servicios y productos, en este caso, libros, pero también juegos didácticos, talleres de lectura y otras actividades, tanto para niños como para adultos. También colaboran con el Centro Cívico Torre Llobeta en el concurso literario de Nou Barris. En la librería organizan talleres de cuentos infantiles con los niños y los animan a decidir cómo quieren que acaben los relatos.

En el caso de los mercados, la protagonista es Sílvia, dependiente e influencer del Mercado de Lesseps, que participa en el proyecto Radares, una red de prevención y de acción comunitaria dirigida a detectar y prevenir situaciones de riesgo de las personas mayores, y a paliar los efectos negativos de la soledad no deseada, contando con la complicidad del entorno, por ejemplo, los comerciantes. Como comerciante del mercado, y desde su charcutería, Sílvia, además de ser una influencer e interactuar a través de las redes sociales a favor del mercado, tiene contacto habitual con sus clientes y clientas. Con Radares, contribuye desde su puesto a estar atenta a la dinámica diaria de las personas mayores del entorno y que conoce como comerciante. Por ejemplo, con su colaboración, si hace días que no ha visto a una persona mayor que viene habitualmente al mercado, se puede actuar de forma preventiva.

La música y, en concreto, la rumba sigue identificando el ritmo que aporta el comercio barcelonés. Es también un homenaje a los comerciantes que, con su trabajo, contribuyen a hacer posible la ciudad que deseamos.