Hoy, 20 de septiembre, es el Día Mundial del Cáncer Ginecológico, una jornada que busca concienciar sobre las diferentes tipologías de cáncer que afectan exclusivamente a las mujeres. El cáncer ginecológico abarca diferentes tipos de cáncer que afectan a los órganos reproductivos femeninos, incluyendo el endometrio, el ovario, el cuello uterino, la vulva y la vagina. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, representa una de las principales causas de muerte entre las mujeres a nivel global.
En este contexto, diversos estudios científicos resaltan la importancia de la actividad física como herramienta preventiva. Según una investigación publicada en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention, las mujeres que realizan ejercicio físico de manera regular tienen un riesgo más bajo de desarrollar cáncer de endometrio. Además, una investigación del National Cancer Institute de los Estados Unidos indica que la actividad física puede ayudar a prevenir el cáncer de ovario, uno de los más letales en la categoría ginecológica.
La actividad física no solo ayuda a mantener un peso saludable, lo que por sí solo reduce el riesgo de cáncer ginecológico, sino que también puede ayudar a regular los niveles hormonales y mejorar el sistema inmunológico, elementos clave en la prevención.
Los expertos y las expertas recomiendan incorporar a la rutina diaria un mínimo de 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa cada semana, junto con dos sesiones de fortalecimiento muscular. Estas prácticas, junto con hábitos saludables como una dieta equilibrada, pueden ayudar a disminuir las probabilidades de desarrollar este tipo de enfermedades.
