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Pep Àvila: contar historias a través del objetivo

Pep Ávila ha trabajado la fotografía en casi todas sus facetas: publicitaria, de viajes, documental, retrato ... y de moda. Inspirado por el mundo del cine, su obsesión por crear una atmósfera particular en cada uno de sus proyectos le lleva a conseguir escenas con un aire fronterizo entre la realidad y la ficción. Durante sus más de veinte años de trayectoria, ha recibido prestigiosos premios. Uno de los más recientes fue el Premio Lux en la categoría de Moda y Belleza, que la Asociación de Fotógrafos Profesionales de España entregó el pasado mes de noviembre en la ceremonia que tuvo lugar en el Museo del Diseño de Barcelona. La obra de Ávila forma parte de la colección de moda del Museo y, junto con más de 500 fotografías de 38 fotógrafos españoles, puede visualizarse a la colección en línea del Museo del Diseño.

Hablamos con él sobre qué busca ante el objetivo, cómo ha cambiado su fotografía desde que empezó a disparar y cómo se está utilizando la imagen para educarnos.

¿Cómo entiendes la fotografía?

Para mí la fotografía es mirar, y la mirada de cada uno es personal e intransferible. Yo miro para disfrutar, para entender. Dicen que las apariencias engañan. Después de mirar mucho, te das cuenta que no es cierto. A mí la fotografía me ha hecho despertar muy temprano, viajar para llegar a lugares insospechados, hablar con gente que no conocía de nada y también esperar mucho. La fotografía te hace un depredador incansable, atrevido y paciente.

¿Cuánto Pep Ávila hay en tus instantáneas?

En realidad es muy difícil reconocer qué hay de mí en las fotos, porque no puedo mirar con otros ojos. La mirada de cada fotógrafo es diferente, porque hay cosas que queremos ver, que buscamos sin cesar y hay otras de las que rehuimos por feas, por vulgares o porque nos hacen daño.

¿Qué buscas y de qué huyes?

A veces busco recrear situaciones que me hubiera gustado vivir, películas que me hubiera gustado dirigir. Otros, simplemente, juego con los colores, la estética, la composición... La fotografía de moda debe tener siempre un componente de propuesta visual, y por tanto debe sorprender. Rehuyo deliberadamente de presentar a la mujer como un objeto sexual y las actitudes tan forzadas. También me gusta, cuando hago moda con niños, crear un espacio de trabajo y dejarlos hacer. Intento que todo sea natural, no forzar las cosas.

En las editoriales de moda, ¿cuál es tu proceso creativo?

A menudo parto de una idea que tengo en la cabeza, que bien ha venido de un espacio donde me gustaría trabajar o bien de un actor o un modelo. A partir de ahí, todo viene un poco rodado. Siempre trato de buscar la atmósfera cuando trabajo. Este tono viene determinado por la composición, la luz, la corrección del color, el punto de vista, el contraste, la textura ..., pero también con quién eliges trabajar. En este sentido, todas las imágenes que se hacen en una colección de moda, sea por una campaña o por una editorial, deben respirar coherencia entre ellas.

Tus fotografías respiran una mística cinematográfica, como Maria Candelaria, La estatua del Fórum e Insomio núm. 4, que forman parte de la colección de fotografía de moda del Museo del Diseño. ¿Qué te lleva a ello?

A veces busco contar historias que puedan trascender la anécdota de la ropa, ir más allá; que se puedan ver dentro de diez años y todavía sean interesantes. Esto se ha hecho siempre en la fotografía de moda. Lo que hace el artista Philip-Lorca diCorcia, por ejemplo, es crear una serie de imágenes que hablan de una historia, como si fueran fotogramas de una película. Para mí esto es ideal. Para mí a veces la fotografía de moda se queda muy corta.

¿En qué sentido?

En el sentido de que tiene una lectura brevísima. Me interesa mucho más cuando el fotógrafo tiene la capacidad de llevar su imagen a explicar algo más. Con una sola imagen ya puedes crear una historia. Puede ser a partir del misterio. Se trata de ofrecer lecturas, diferentes capas de interpretación, por lo que [una imagen] nunca te deje de seguir haciendo cuando la mires. No tiene que ser necesariamente un drama, puede ser una historia feliz, pero tiene que haber algo que te haga querer volverla a ver. Mucha fotografía de moda se acaba muy rápidamente.

Has trabajado fotografía publicitaria, documentales, viajes... ¿Cómo trabajas partiendo de un registro tan amplio?

Mi versatilidad, esta posibilidad de trabajar diferentes lenguajes, no se explica más que por la necesidad de no repetirme. Hacer siempre lo mismo me aburriría muchísimo por mi carácter. Me gusta, como mínimo, proponérmelo. Después conseguirlo o no depende de muchas cosas. Para mí es importante encontrar el tono de cada proyecto y buscar una atmósfera particular, y eso es lo que me permite ser versátil. Además, hay fusiones entre las diferentes disciplinas que pueden ser innovadoras.

Durante sus más de dos décadas de trayectoria, la fotografía y la moda han vivido un proceso de transformación radical. ¿Cómo han evolucionado paralelamente tus imágenes?

La irrupción de la fotografía digital nos ha permitido tener un control mucho más absoluto del proceso. A mí personalmente me ha dado mucha más libertad, sobre todo en el color y el tratamiento de la imagen. En cuanto al contenido, he sido mucho más consciente del papel de la mujer.

¿Las redes sociales te limitan?

En las redes hay imágenes muy interesantes, al margen de que nos dan muchas oportunidades para difundir lo que hacemos. Estamos mucho más distraídos y a mí particularmente me cuesta enfocarme mucho más que antes. Accedemos a una infinidad de imágenes maravillosas y muchas veces no sólo me distraen, sino que me bloquean. Después de ver todo esto, ¿qué puedo hacer? Si es que vale la pena que haga nada más. Hay veces que no sé por dónde empezar. El empacho te bloquea.

Algunas de tus campañas respiran una voluntad de despertar conciencia. ¿Se está utilizando la fotografía como un instrumento pedagógico?

En todo caso, se puede utilizar. La fotografía tiene un valor muy importante porque tiene capacidad para impactar. Podemos aprovecharlo. El fin principal es crear realidades o describirlas, en el caso de la fotografía documental. En mi caso, he hecho campañas y proyectos de carácter social para que las causas que defendían me interesaban mucho, y espero poder seguir haciéndolo mucho tiempo.

 

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