Turismo

Barcelona recibe más de treinta millones de visitantes cada año, una realidad que exige pasar de una estrategia centrada en la promoción a otra que apueste por la gestión integral del turismo, ejercida desde el liderazgo público y velando por que las políticas turísticas respondan al interés general

El turismo requiere un abordaje transversal y una heterogeneidad de instrumentos, proyectos y agentes implicados; coordinarlos e implicarlos es clave para garantizar que los objetivos que propone el Plan Estratégico de Turismo 2020 se puedan alcanzar.

El turismo plantea retos globales, y en Barcelona queremos fortalecer el vínculo con otras ciudades y destinos para compartir experiencias e iniciar proyectos colectivos que permitan abordarlos.

El conocimiento en materia de turismo urbano es fundamental para la gestión y la toma de decisiones. En Barcelona somos conscientes de su importancia y se han hecho grandes esfuerzos para generar y publicar información diversa sobre la actividad turística, con estudios que han analizado el impacto económico, el perfil del turista o la percepción ciudadana sobre el turismo, entre otros.

Es necesario profundizar y ampliar este conocimiento a cuestiones como el coste ambiental o la calidad del empleo en el sector, y mejorar la divulgación sobre el turismo entre la ciudadanía. El Observatorio del Turismo coordinará e impulsará esta investigación.

La sostenibilidad es un elemento irrenunciable para el destino Barcelona, un objetivo que pretende, al mismo tiempo, garantizar la competitividad de la actividad turística, no poner en juego el futuro del destino, mejorar la calidad de vida urbana y gestionar los impactos de la actividad turística, asegurando el retorno social y el desarrollo del territorio.

El plan estratégico entiende la sostenibilidad desde una perspectiva amplia: social, económica y ambiental, que dibuje un destino dinámico, acogedor, innovador y deseado, a escala metropolitana. Los instrumentos de promoción, concebidos como un elemento más de gestión, deben responder a estos objetivos.

El uso turístico de la movilidad es, junto con los alojamientos y los atractivos de visita, uno de los aspectos clave que se propone abordar

Se requiere conocer la motivación de la estancia de quienes nos visitan, la estacionalidad, la temporalidad del viaje, el medio de transporte que utilizan o los itinerarios más frecuentados para poder repensar, gestionar y regular las prácticas específicas de la movilidad turística. El plan quiere poner un énfasis especial en el conocimiento y la gestión de la movilidad en espacios masificados como la Sagrada Familia o el Park Güell.

Barcelona ha registrado, en los últimos años, un fuerte incremento de la oferta de alojamiento turístico y la irrupción de nuevas tipologías, que plantean nuevos retos en materia de ordenación. El plan prevé impulsar estrategias que aseguren una mejor relación del alojamiento turístico con el entorno, fomenten la responsabilidad social y ambiental y destaquen las buenas prácticas.

En el marco de esta estrategia, se ha aprobado el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (PEUAT), que persigue velar por el balance social y económico de las áreas con más presión turística, con la prioridad de mantener y atraer a la población residente y evitar que los alojamientos turísticos sustituyan el uso residencial de los inmuebles.

Se prevén, también, políticas activas de lucha contra la ilegalidad, en colaboración con las plataformas comercializadoras, así como la creación de un servicio de mediación que permita mejorar la convivencia entre los vecinos y los usuarios de los alojamientos turísticos.

Garantizar la redistribución de la riqueza que supone el turismo al conjunto de la población es uno de los objetivos del plan estratégico. Para conseguirlo, hay que aprovechar el potencial del turismo como agente desarrollador y como palanca para impulsar otros sectores económicos, y contribuir a fortalecer el tejido productivo del territorio e integrar la actividad turística en la estrategia de desarrollo económico local.

Al mismo tiempo, hacen falta acciones para garantizar un empleo de calidad, inclusivo, innovador y competitivo en el sector turístico, como promover los establecimientos que generen unas condiciones laborales estables o impulsar acciones de formación y calificación de los profesionales que prestan servicio a la industria turística.

Los turistas que vienen a Barcelona lo hacen, en gran medida, por la forma como les explicamos la ciudad y sus atractivos. Tener una buena estrategia de comunicación es primordial para hacer del turismo una actividad sostenible y responsable que implique tanto a la población residente como a los visitantes

Hay que ampliar los relatos del destino Barcelona, haciéndolos más diversos y dinámicos, para abrir el abanico de posibilidades a los visitantes, más allá de los iconos masificados. Asimismo, hay que coordinar los instrumentos de comunicación turística de la ciudad, para que respondan al objetivo de garantizar un destino sostenible.

El plan quiere incidir en la información que reciben los turistas antes de la estancia en la ciudad y fortalecer los canales de intercambio antes, durante y después de su estancia.

¿Qué costes tiene el turismo para Barcelona? ¿Qué beneficios económicos comporta? Hay que calcular y analizar la balanza de costes y beneficios para saber qué gasto supone el turismo para las arcas municipales y cuáles son las actividades que generan más o menos gastos e ingresos.

El plan prevé diseñar un plan de inversión y financiación del impuesto turístico, explorar nuevas medidas fiscales como instrumentos de gestión y gravar las actividades que causan más externalidades y que afectan a la vida cotidiana en la ciudad: uso intensivo del espacio público, presión inmobiliaria, impacto ambiental, entre otros. En definitiva, se trata de disponer de más instrumentos ordenadores que, a su vez, garanticen una redistribución más justa.

El plan fortalece los recursos para la inspección y persecución de la ilegalidad, especialmente en el ámbito del alojamiento, y prevé revisar los instrumentos de planificación urbanística para abordar los efectos de las actividades turísticas sobre la ciudad, desde la escala metropolitana hasta la de barrio.

En los últimos años están apareciendo fenómenos nuevos vinculados al uso turístico de la ciudad, a los que las ordenanzas vigentes no dan respuesta, por lo que se requiere modificarlas o establecer otras nuevas en los ámbitos que lo requieran, como las actividades económicas en espacios de más concentración de visitantes o la oferta no regulada de alojamiento.