Participación ciudadana (en la política) y participación comunitaria (en la comunidad) son dos caras de la misma moneda. La política necesita una ciudadanía activa, desde lo más inmediato como es la familia, los amigos, la calle o el barrio hasta aquellos grupos que construyen proyectos compartidos para tener unas vidas felices y dignas. Y la ciudadanía, más o menos organizada, necesita canales adecuados para poder intervenir en la política, no solo el derecho al voto para escoger representantes en las instituciones o la protesta y la negociación. Hacen falta medios que faciliten el fortalecimiento individual y colectivo para hacer de la política una actividad ciudadana como condición básica para ejercer la soberanía.

La puesta en marcha o el fomento de canales de participación en una sociedad débil (poco organizada) comunitariamente hablando puede facilitar la instrumentalización y la manipulación de dichos canales por parte del poder político, como nos decía Luiggi Bobbio.

En este contexto, aparecen debates sobre qué medios son los más adecuados para posibilitar esta participación; qué debemos entender por representación: quién representa, quién es representante, quién es representativo; ¿es posible una democracia de calidad sin una sociedad exigente con esa calidad?

Modera:

  • Fernando Pindado, colaborador del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP) y consultor de participación ciudadana

Participantes invitados:

  • Representante de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB)
  • Míriam Feu, coordinadora de incidencia política de Cáritas Barcelona
  • Anna Mulà, miembro de la comisión promotora de la iniciativa ciudadana ZOOXXI

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