Este 2022 celebran cuarenta años los primeros centros cívicos que nacieron en la ciudad: Guinardó, Sant Martí, Sant Andreu y la Sagrera “La Barraca”. Durante 40 años se han ido construyendo equipamientos hasta llegar a los 52 centros que constituyen hoy día la Red de Centros Cívicos de Barcelona. Algunos fueron el resultado de largas reivindicaciones vecinales, otros nacieron con la recuperación de edificios emblemáticos para la ciudad y otros centros se construyeron de nueva planta.
En un sentido cronológico, la red de centros culturales y sociales de la ciudad se empezó a construir con el Centro Cívico Guinardó, el primero que abrió sus puertas, inaugurado como tal el 19 de junio de 1982. Desde los inicios, el edificio de Can Planàs ha sido una masía y un vivero de jardinería, y en diferentes momentos se han instalado equipamientos deportivos, como un canódromo, una piscina o campos de fútbol. Durante la Guerra Civil, la propiedad fue ocupada por milicianos, equipos de bomberos y también funcionó como escuela, pero años más tarde el Ayuntamiento convirtió el edificio en el primer centro cívico de toda Barcelona.
Con todos estos años de trayectoria, los centros cívicos de la ciudad son una realidad consolidada, un referente para miles de personas que participan diariamente en la construcción de una cultura activa, innovadora y arraigada en el día a día de los diversos territorios que componen Barcelona. Han ocurrido elementos clave en procesos de cohesión social, fomentando, ampliando y fortaleciendo las relaciones entre los diversos segmentos sociales y colectivos del territorio.
Los programas singulares de determinados centros (la fotografía, la danza, el medio ambiente o el feminismo), los festivales y las propuestas artísticas, con una dimensión central en el territorio más próximo donde operan, pero también con proyectos que tienen un impacto en la ciudad, son la constatación del papel articulador que tienen los centros cívicos en Barcelona. Un papel que se pone de manifiesto en la participación en grandes programas y equipamientos culturales de ciudad, como la Bienal del Pensamiento o la Bienal de Ciencia, entre otros.
En 2012, elInstituto de Cultura de Barcelona asumió las competencias sobre la red de centros cívicos con el objetivo de consolidar estos centros culturales de proximidad, de mejorar la comunicación y la visibilidad, y de enriquecer el espacio construido y su dotación técnica e infraestructural.
Por eso, la Red de Centros Cívicos organiza cada año varios proyectos en red estables para llegar con disciplinas de todo tipo a todos los territorios: las artes escénicas en vivo con el Barcelona Districte Cultural, las exposiciones y las artes visuales con el proyecto Temporals, los proyectos audiovisuales gracias al ciclo de cine de proximidad Pantalla Barcelona y la divulgación con las charlas y las conferencias del proyecto Argumenta BCN.
Durante estos cuarenta años de historia, los centros cívicos han sido agentes generadores de producciones culturales emergentes y centros de apoyo a la creación. El objetivo de la ciudad es que sigan siendo centros culturales de referencia con calidad de propuestas, flexibilidad y capacidad de adaptación, accesibilidad y promoción de todas las culturas presentes en la ciudad.