El triángulo salud, comunidad y actividad física fue el ‘leitmotiv’ de la tercera jornada de los encuentros de Energías Comunitarias, “Salud comunitaria en movimiento”. Que la relación entre salud y actividad física es positiva ya nos lo dice el sentido común. Con la acción comunitaria, sumamos beneficios como experiencias significativas de relación, protagonismo, autoorganización y fortalecimiento de nuestras comunidades”, en palabras de Òscar Rebollo, director de Servicios de Acción Comunitaria del Ayuntamiento de Barcelona.
Y así lo confirmaron las expertas y usuarios de Median T la Danza, Mou-te!Sis potes millor que dues! y El Gran Circ, representantes de los proyectos invitados a la mesa redonda.
Desde diferentes vertientes y trabajando con colectivos diversos, todas presentaron un denominador común: la creación de red, de vínculo, de pertenencia, es decir, como la actividad física comunitaria ayuda a combatir la soledad, la frustración o el aislamiento de las personas. E, incluso, se puso de manifiesto que puede ser una herramienta para superar la criminalización de un colectivo. «Durante la pandemia, los medios criminalizaban a la juventud como responsable de todos los males», aseguró Òscar Rodríguez, joven usuario del proyecto socioeducativoMedian T la Danza. La impulsora de esta iniciativa, Sandra Jurado, recordó que la respuesta masiva de la juventud para participar mostraba una «necesidad». Con la danza se crearon vínculos y una identidad de grupo que permitía afrontar la vulnerabilidad del colectivo. Como aseguró Òscar, encontraron «una sanación personal y una conexión grupal». Al terminar la mesa redonda, el colectivo mostró la pieza de danza creada.
Estos conceptos eran compartidos por Palmira, usuaria de d’El Gran Circ: «Cuando estás sola, ni siquiera subes ni bajas escaleras; en cambio, es muy emotivo encontrarse cada martes en el ateneo y hacer trapecio o figuras acrobáticas…». Hacer piña y superarse. Una vez más, y mediante una experiencia artística activa, el sentimiento de pertenencia y colectividad hace de motor impulsor para trabajar tanto la parte física como psicomotora de las personas mayores. Núria Valls, miembro de la Comisión de El Gran Circo del Ateneu Popular 9 Barris, recalcaba que personas que se habían conocido gracias al proyecto todavía mantienen la relación y se animan las unas a las otras.
«Estos paseos con los perros nos generan un sentimiento de barrio, de integración entre vecinos y vecinas»
Promover y facilitar de manera natural este «activarse y salir de casa» es también uno de los objetivos de Mou-te! Sis potes millor que dues!. «Los grupos se crean con naturalidad, ves como vecinos que antes no habían interactuado ahora se cuidan los perros unos a otros», asegura Mar Alcalà, veterinaria y técnica de intervenciones asistidas con animales. Y Jaume, usuario del proyecto en el barrio del Gòtic, refuerza esta idea: «Estos paseos con los perros nos generan un sentimiento de barrio, de integración entre vecinos y vecinas».
En la mesa también participó Angelina González, experta en salud comunitaria (UB-ASP Cat), que recordó que la acción comunitaria «es el trabajo conjunto entre los diferentes actores del barrio para crear bienestar y felicidad» y que «cuando hacemos diagnosis, en casi todos los problemas que se priorizan, la actividad física es positiva».
El encuentro lo moderó Irene Garcia, técnica de salud pública en el Servicio de Salud Comunitaria, y terminó con un planteamiento de futuro que, una vez más, también era transversal a todas las experiencias y se resume en dos objetivos: «recuperar los índices de participación de antes de la pandemia» y «detectar y llegar a más personas que se puedan encontrar aisladas o solas».
Y, como no podía ser de otra manera, la jornada se cerró con una actividad física colectiva a cargo de Vintiquatreset (Median T la Danza), con la que todas las personas participantes en la jornada pudieron comprobar los beneficios de la actividad física colectiva.