Barcelona vuelve a ser epicentro de la cooperación euromediterránea 30 años después
La Conferencia de Ciudades Mediterráneas, que se celebra el 26 y 27 de noviembre en el Ayuntamiento de Barcelona y el Palacio de Pedralbes, coincide con el 30.º aniversario del Proceso de Barcelona. Las ciudades mediterráneas reunidas en Barcelona entregarán una declaración institucional a los representantes de los estados que componen la Unión por el Mediterráneo para resaltar el papel de las ciudades en el futuro de la región.
Barcelona volverá a ser el epicentro del encuentro de las ciudades euromediterráneas treinta años después del llamado Proceso de Barcelona, la iniciativa de cooperación regional euromediterránea lanzada en 1995, que impulsó la colaboración política, económica y social entre la Unión Europea y los países de la orilla sur y este del Mediterráneo.
La Conferencia de Ciudades Mediterráneas Barcelona +30 congrega una cuarentena de alcaldes y representantes de las regiones euromediterráneas en el Palacio de Pedralbes, entre el 26 y el 27 de noviembre. Con el lema “Fortaleciendo la acción local para la transformación regional”, tiene como objetivo fomentar un diálogo para abordar los retos de futuro del ámbito euromediterráneo.
El encuentro servirá para tomar el pulso de las relaciones actuales de las regiones y ciudades, así como evaluar el impacto de tres décadas del Proceso de Barcelona. Asimismo, se explorarán vías futuras para revitalizar el papel de las autoridades locales en la cooperación y el diálogo euromediterráneos.
En el contexto del encuentro, se hará pública la declaración institucional que se presentará el día 28 de noviembre en la reunión ministerial de la Unión por el Mediterráneo. El documento enfatiza el papel de las ciudades y las áreas metropolitanas como impulsoras del crecimiento urbano sostenible e inclusivo, y de la mitigación y adaptación a la emergencia climática.
Sobre el Proceso de Barcelona
El Proceso de Barcelona, impulsada por el Gobierno del Estado en 1995, incluía todos los estados miembros de la Unión Europea y doce países socios de la orilla sur y este del Mediterráneo: Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Marruecos, Palestina, Siria, Túnez, Turquía, Chipre y Malta.
En aquel momento, la ciudad de Barcelona, con el alcalde Pasqual Maragall, ya vio la ciudad como un espacio clave para la cooperación euromediterránea, vinculándolo con la visión que Barcelona proyectaba en aquel momento postolímpico: una ciudad con vocación de tener un papel activo en la agenda mediterránea desde una perspectiva del diálogo, de la cooperación y del desarrollo.
El alcalde Pasqual Maragall con Yasir Arafat, líder palestino y premio Nobel de la Paz, en la Cumbre Euromediterránea celebrada en Barcelona en 1995