Miguel Milá recibe la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona a título póstumo

El diseñador industrial Miguel Milá, que murió el 13 de agosto, ha recibido a título póstumo la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona. Se trata de un reconocimiento de la trayectoria profesional del diseñador industrial y del papel que ha jugado en la proyección internacional de la ciudad.

Foto de família de l'acte de lliurament de la Medalla d'Or de la Ciutat de Barcelona a Miguel Milá. Hi apareix l'alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, la vídua, Maria 'Cuqui' Valcárcel, amb la medalla, i altres familiars i representants polítics.
02/09/2024 - 19:15 h - Cultura y tiempo libre Ajuntament de Barcelona

El papel fundamental de Miguel Milá en la historia contemporánea del diseño catalán y español es palpable, también como miembro de una generación de pioneros del diseño que se inició en los años cincuenta, hasta el punto de crear objetos para la vida cotidiana que se han convertido en auténticas piezas clásicas.

La Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona se suma a los numerosos premios y reconocimientos que Milá recibió a lo largo de los sesenta años de actividad profesional, como el Premio Nacional de Diseño Industrial en la primera edición, de 1987, diversos años del galardón Delta de Oro y Delta de Plata, que otorga l’ADI-FAD, o bien el premio Good Industrial Design (1994) o el Compasso de Oro Internazionale (2008), entre otros.

Una trayectoria con repercusión internacional

Desde la creación de su empresa, Tramo, en la que empezó a diseñar sus propios muebles y lámparas, Milá escaló hasta llegar a obtener gran repercusión internacional, como por ejemplo con las luces TMC y TMM, convertidas en iconos del diseño. En la década de los años sesenta participó en la creación de la Asociación de Diseño Industrial del Fomento de las Artes y del Diseño (ADI-FAD).

Durante el postmodernismo se centró en el interiorismo, en proyectos de casas particulares, en trabajos de exposiciones y en el diseño de mobiliario urbano. De esta época son el banco Neorromántico (1995), la luz Estadio y el banco Tramo, para las Olimpiadas de 1992, o el diseño del interior de los vagones del metro. Su legado en la ciudad se puede encontrar también en los jardines de la rambla de Sants o en la incorporación de mobiliario urbano en los ejes verdes de la ciudad, elementos que favorecen la interacción social.

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