Entrevista realitzada a La Mirada Espai Creatiu, Vilanova i la Geltrú, el 19 de gener de 2023

Pedro Llorente Brieva
Pedro Llorente Brieva, Vilanova i la Geltrú, gener de 2023

¿Pedro, explícanos qué relación de parentesco tienes con Pedro Llorente Brieva? En el archivo de Cubellas me dijeron que eras su sobrino.

Pedro Llorente Brieva era mi padre. Éramos tres hermanos, ahora solo quedamos dos. Yo soy el pequeño. Evidentemente, mi padre me ha marcado, en todo. Igual que mi madre, pero mi padre, a nivel emocional, es una fuente infinita. Recordarle es volver al archivo de una parte esencial que son las ilusiones, el sentimiento y la expresión.

Mi padre nació en 1937, en un pueblecito de Soria. Sobre sus veintitantos años, la familia se trasladó a Barcelona. Vivían en Sant Just. Mi abuelo, mi tío y mi padre estaban vinculados con la construcción, como muchos de los que venían de fuera a Cataluña. Pero, no había un vínculo laboral entre mi padre, que iba por un lado, y mi abuelo y mi tío que iban por otro lado. Mi padre tuvo mucha suerte, entró en un despacho de arquitectos como aprendiz. Hubo un momento determinante a raíz del terremoto en Agadir [1960]. Europa aportó muchísimo dinero para reconstruir y el despacho de arquitectos se desplazó allí. Fue donde mi padre entró en contacto con la arquitectura, un momento fundamental porque yo creo que él todavía no había descubierto la manera de compatibilizar el arte con el trabajo. Fue en ese período en que mi padre siguió los cursos en la escuela Massana.

Luego, llegó un momento en que entendió que no quería ser un asalariado. Fue entonces cuando surgió la idea, con mi tío y mi abuelo, de montar un despacho, algo así como proyectista, hacían proyecto y obra. El primer paso fue un estudio pequeñito de unos 60 m2, en Segur de Calafell, donde también vivíamos. Se dividía en dos partes: una por si entraba un posible cliente y una trastienda donde había las camas, el lavabo, etcétera.

R+OP
Una de les poques obres firmades amb les inicials de l’empresa i el cognom de l’artista. Avinguda Francesc Macià, 3. Vilanova i la Geltrú

Luego, crearon R+OP que quiere decir Relieves + Ordenaciones Pétreas. R+OP era una empresa de revestimientos arquitectónicos. La parte económica, de márquetin y publicidad era de mi tío y mi abuelo. El tema creativo era mi padre.

En el archivo de Cubelles se conserva el expediente de la construcción de la nave de R+OP. El primer documento es del año 1969 y consta que el terreno pertenecía a tu padre y tu tío.

Sí, R+OP surgió como una nave grande, situada en Cubelles que, poquito a poquito, fue creciendo. Hubo un tema familiar entre mi abuelo, mi tío y mi padre, por el cual después de un tiempo se separaron. Mi padre continuó con la idea original. Mi tío y mi abuelo se dedicaron a la construcción, pero sin arte.

En muy poquito tiempo fue una revolución estética en el mundo de la arquitectura. En aquella época, en la decoración arquitectónica quizás lo más llamativo era la cerámica y no había mucho más. El Mediterráneo, depende de la zona, tiene la característica de tener mucha humedad y niebla salina, eso afecta a los materiales, también a la cerámica. Cuando revistes un muro de cerámica estás entrando en un terreno complicado, hay que tener en cuenta dónde está situado porque se pueden producir reacciones, dilataciones, contracciones. Eso, a través del tiempo, implica que hay riesgo de que se caiga si no hay mantenimiento. Allí es donde mi padre tuvo la genialidad de ofrecer una posibilidad estética con muchísimas más ventajas que otros tipos de materiales. Ofrecía algo estéticamente muy bonito, con una calidad extraordinaria y con un precio que no era equiparable a nada en el mercado. Eso hizo que, en su momento, fuera una revolución. Igual no muy conocida, pero una auténtica revolución estética en arquitectura.

R+OP
Un dels quatre relleus de la Fira de Barcelona, avinguda de la Reina Maria Cristina, 2-16

Gracias al inventario de El mosaic del meu barri hemos descubierto muchos murales de R+OP en Barcelona.

¡La obra de mi padre es infinita! Hay obra en España y en el extranjero. Si alguien reconoce la huella del material, puede ir viajando y reconociéndolo. Cuando algo se genera en cantidad, tiene que haber detrás algo de esplendor. La cantidad es la consecuencia de una buena idea.

Yo recuerdo un momento glorioso. Era pequeñito y muchos domingos solíamos salir a comer en familia. Algún domingo, mi padre se levantaba y, como todavía era pronto para ir a comer, nos decía “oye, que voy un momentito a la fábrica, estaros atentos porque a la una y media, dos, os paso a recoger y vamos a comer”. Y aparecía a las tres, tres y media porque el trabajo le confundía el horario. Recuerdo ir a la fábrica con él algún domingo. La fábrica era enorme. Él tenía un despacho magnífico, con las mesas de arquitecto Paralex y cajas inmensas de colores y acuarelas. Venían de Alemania. Recuerdo, los domingos, venir tráileres enormes a cargar, iban a Bilbao. Había mucha necesidad en el tiempo. Fue la época donde la gente de dinero iba a la parte de la ría, Getxo, Neguri, etc. Todas esas mansiones tienen murales de mi padre.

(Foto: T. Mayral Hernández)
Detall d’un mòdul de la Facultat de Química de la UB

Pero, ¿de qué material están hechos los murales?

De cemento pintado con sulfatos, productos químicos que no estaban catalogados. No me digas cómo, él llegó a descubrir que, encima del cemento, el sulfato generaba una capa de color y de textura y era muy económico. En aquella época eso no se sabía, el sulfato se utilizaba para la viña. Él lo mantuvo como un secreto, registró y patentó todo lo que hacía.

Cuando mi padre vendía un mural, en siete días estaba colocado y el cliente veía una obra de cerámica. Eso no se lo podía permitir ningún ceramista. Un ceramista tiene que diseñar, trabajar el barro, cocerlo, esmaltarlo, dejar que seque, volver a hornearlo, salir la pieza y la sorpresa de ver cómo había salido.

Eso quiere decir que, además del despacho donde dibujaba, ¿hubo un proceso experimental y de investigación?

Evidentemente. Hay algo de fortuna y de investigación. Las primeras piezas eran de cemento armado. Llevaban una rejilla de hierro por dentro. Luego, el cemento se empezó a mezclar con otros materiales, como la arlita, para rebajar el peso. Primero era cemento gris, luego pasó a ser Griffi, que era cemento blanco más refinado, pero era menos duro. Entonces mi padre utilizaba los dos: una primera capa de cemento blanco y luego el cemento gris. Así, el color era estable y más atractivo. Sus últimas piezas no llevaban ni hierro ni arlita, llevaban fibra de vidrio. Fue la etapa de Madrid donde pudo entrar en contacto con recursos económicos y técnicos enormes.

Luego había los moldes donde se colaba el cemento. Mi padre tenía la capacidad de un genio: crear en negativo. Él no creaba en positivo y luego lo moldeaba para pasar al negativo. Él creaba directamente el molde en negativo. Los primeros moldes eran de Porexpan, [poliestireno expandido], cuando recién se comenzaba a utilizar. En la fábrica, tenía un cuarto oscuro con un proyector de vistas opacas. Era como las diapositivas, metías un negativo y te lo proyectaba en la pared. En el cuarto, él colocaba placas de Porexpan sobre las cuales proyectaba su diseño y las esculpía. Pero el Porexpan tiene una vida limitada, lo puedes desmoldear una, dos, tres veces. Por eso, luego utilizó el producto alemán Reckli. Era una goma elástica que se podía doblar para desmoldear. Mi padre tuvo la oportunidad de poder localizar ese material, investigarlo y traerlo a su fábrica desde Alemania. No lo tenía nadie en España. Esta goma tenía una vida enorme. No fue muy rentable, pero fue una etapa. Lo último que descubrió, fue la máquina de moldeado de plástico al vacío: baja una plancha de una máquina, la calienta, moldea una superficie y reproduce una matriz. Esto lo puso en práctica en la última etapa. Cuando descubrió la máquina al vacío, económicamente, fue una reducción de costes terrible. Hay algo importante: las matrices siempre las hacía él.

(Foto: anònim)
Relleu del metro Marina, Barcelona

Volvamos al tratamiento superficial, ¿nos puedes explicar un poco más?

Era muy sencillo. Cemento y solo dos colores: el azul y el marrón. Dos sulfatos, dos productos químicos que cuando se mezclan surge el verde. Uno era sulfato de hierro y el otro era un óxido, ya no me acuerdo. El marrón es el sulfato de hierro y el azul quizás era óxido de cobre. Mi padre decía que sus obras eran su vida: el encuentro de la tierra rojiza soriana y el azul del Mediterráneo. Todos los murales se mueven en esa gama de colores. En la última etapa pudo desarrollar algún otro compuesto químico, siempre que el coste fuese casi nulo.

Luego había que estabilizar los colores, impermeabilizarlos. Algo científicamente muy sencillo: si el oxígeno no entra en contacto con los colores, no los oxida, no los altera químicamente. ¿Cómo impermeabilizar una pieza? Tapando el poro con una resina, era una imprimación.

Finalmente, se daba un acabado final con un barniz. Eran los mejores barnices, venían de fuera. Aquí se dan varias reacciones químicas: la reacción del pigmento con el cemento y luego la reacción con la imprimación y con el barniz. Algo que ha ocurrido a los murales de mi padre es que han amarillado. A pesar de eso, estamos hablando de un material que sigue estando en exterior y no ha tenido mantenimiento. Casualmente o no, mi padre hizo una fórmula brutal.

¿R+OP también se ocupaba de la colocación de los murales?

La colocación no entraba en la venta del material, con lo cual mi padre daba información sobre la colocación, pero sin ningún tipo de responsabilidad.

R+OP
Fulls trepats amb els motius estándar

Otro de los aspectos muy interesantes des las obras es la producción de módulos. ¿Qué nos puedes decir?

Mi padre siempre estuvo obsesionado con la modulación. Tenía hojas de papel con los motivos estándar troquelados, eran catálogos escritos en varios idiomas. Nadie troquelaba en esa época. Él tenía cajas y cajas porque hacía muchos proyectos. Mi padre le decía a su cliente, en el despacho: “Siéntate.  ¿Cuánto mide tu pared?”. “Si solo me encargas piezas únicas, te va a salir una pasta. ¿Por qué no hacemos el relieve en una medida reducida y llenamos el muro con módulos con un coste diferente?”. Cogía su cajita de madera con todos los troqueles y una especie de punzón delicado. Encolaba, ponía acuarela, hacía el dibujito de la pieza y en 10 minutos había hecho la perspectiva del vestíbulo y decía: “La semana que viene lo tienes instalado”.

Mi padre vendía al metro cuadrado. Pero no podía vender los módulos al mismo precio que los relieves únicos. Allí estaba su grandeza porque eso le permitió tener encargos de aeropuertos, hoteles, edificios. La gente se podía permitir el coste y a la vez hacer cosas muy personales. En la época del sah, en Irán, mi padre estuvo dos meses decorando el Hilton. Le pusieron la habitación del hotel y una nave con todo lo que necesitaba para fabricar los módulos. Hizo un proyecto basado en toda la historia de los persas de Irán.

Una curiosidad: ¿por qué los módulos estándar miden precisamente 113 x 37,7 cm?

Creo que el estándar venía por los materiales que él compraba y cómo producía. Ten en cuenta que el cemento lo tenía que vibrar. Esto quiere decir volcar el cemento en el molde y vibrarlo para que no queden burbujas de aire. Cuando él hacía una mesa de vibración, tenía que calcular las piezas que cabían. Tenía que aprovechar la mesa al máximo. Su modulación no era una casualidad.

(Foto: T. Mayral Hernández)
Relleu del vestíbul de la finca situada al carrer Bertran, 41

Parece que el aspecto comercial del negocio también lo dominaba, ¿es así?

Mi padre tuvo algo muy importante: no solo era un artista y un técnico si no que entendió lo que era la parte comercial. Es tan importante como las dos primeras. Mi padre tuvo la capacidad humana de saberse rodear. Pongamos el ejemplo de la central térmica de Cubelles, un pueblo pequeñito. Llega la idea de construir una central térmica. Entras en el mundo selvático de quién está en el ayuntamiento, quién participa, quién se lleva comisiones… Él hacía sus obras y había una parte que era una comida o una cena donde iba a conocer a esta persona, a la otra. El alcalde de Cubelles quería disimular un poco la contaminación de la central, por eso se entró en un tema estético. Parte de la respuesta es el mural que se colocó en la central. Mi padre recibió el encargo gracias a que era amigo del alcalde.

¿Cuál fue la evolución de la empresa?

La empresa pasó por varias etapas y cada una tenía un nombre diferente. [Primero hubo R+OP, luego ERRE+OP y finalmente Mural-Art]. La mayor parte de lo que hay por Barcelona pertenece a R+OP. Cuando mi padre estuvo en Cubelles, la empresa era R +OP.

Hubo un momento en donde estuvo a punto de montar el negocio en la zona de San Diego, en Estados Unidos. Pero no cuajó porque tenía que enfrentarse, primero, al cambio de moneda y, luego, al personal. Tenía que montar un negocio con plantilla y le comentaron que el personal tenía que ser mexicano y, allí, hoy te vienen y mañana no. Y dijo que era muy arriesgado.

La empresa de Cubelles cayó con la crisis económica en España del 1992-1993. La empresa se ahogó económicamente. A parte de una carencia económica, hubo también una revolución en la construcción, pasó a ser una construcción muy precaria económicamente. Pero, casualmente, mi padre conoció a una persona del grupo Uralita de Madrid que le permitió mantener la empresa y desarrollar todos los recursos posibles para continuar. Por ejemplo, hubo un intento de pasar de la teja cerámica a la teja de hormigón manteniendo la semejanza estética, utilizando el know-how de mi padre. En este período la empresa pasó a llamarse Mural-Art.

¿Y se llevó a Mural-Art los modelos que ya había creado para R+OP?

Sí, pero introdujo variaciones. A Madrid se llevó una parte del stock, llevaba tantos años con el material que lo quería aprovechar, pero no tenía para hacer muchísimas obras. Entonces creó una serie nueva. Yo hice la mili en Madrid y ese año estuve trabajando con él, tenía el pase per nocta. Algún fin de semana me llevaba a ver clientes, a esa comida, esa cena donde se fraguaba el encargo. Recuerdo en Murcia un señor que se llamaba Baillo, tenía una finca inmensa, este señor se estaba forrando porque vendía agua, estaba en el mundo de la construcción. Un día, organizó una fiesta para inaugurar el garaje para su colección de coches y le encargó a mi padre un mural. Mi padre me contaba “Pedro, tú no sabes… lo que fue la fiesta ese día. Todo el mundo iba a alardear de todo lo que tenía”.

De esta época son las dos fachadas del pabellón de las Naciones Unidas de la Expo’92 de Sevilla. Luego una de sus últimas etapas fueron los peces.

[Hemos sabido que el pabellón, diseñado por el arquitecto José Rodríguez Gautier, fue destruido en noviembre de 2022 para construir una residencia de estudiantes.]

Mi padre murió de un infarto en Madrid, en 1995, con 59 años. Fue poco después de inaugurar la fuente de Habaneras. Era un momento en el que tenía la oportunidad, por edad y experiencia, de entrar en el olimpo de las ideas. Murió en pleno auge. Él ya arrastraba un tema de salud que, de alguna manera, le menguaba. Años antes, había tenido algún amago.

¿Qué pasó después con la empresa?

Cuando murió mi padre, los hermanos intentamos salvar y mantener la empresa. Yo cogí la parte creativa. Hicimos un intento, duró poquitos años. Para mí, fue una experiencia dura pero increíble. La última obra de R+OP la hice yo, fue el estadio de fútbol Vicente Calderón del Atlético de Madrid. Yo tenía pare del stock de mi padre en una nave en Vilanova. Recuerdo plantarme en Madrid, en el estadio, entrar en el despacho del hijo de Ruiz Mateos, con mi carpeta bajo el brazo y mi proyecto. Nada, fueron 5 minutos y me dijo que sí, que adelante. Y volví aquí, cogí un gallinero en Llorenç del Penedès, cuatro rumanos, una hormigonera e hice el proyecto, tardé unos cuatro meses, ¡mi padre lo hubiera hecho en una semana! Los murales específicos de toda la zona comercial los hice yo, el escudo, la portería, etcétera. Ahora han tirado el estadio y no queda nada.

¿Pedro, cuál es tu opinión sobre el mosaico en la actualidad?

Una de las principales raíces de toda mi opinión sobre el arte y lo que esté vinculado con el arte, está en una frase de Picasso: “todos nacemos artistas”. Está muy claro, a lo largo de la vida, el contexto nos lleva a ir abandonando poquito a poquito el tema del arte. Yo valoro el arte como una necesidad humana y no material, si no la necesidad de expresar emociones. El tiempo va haciendo que ese niño se dirija a diferentes ámbitos que dejan de lado el arte. Para mí, es fundamental volver a ser niño, porque es retomar el arte. ¿Dónde está mi dolor? En el momento actual, porque es durísimo. No por una crisis económica, si no por una crisis de ideología, de ideas básicas. En el mundo actual, no hay ideas. Ahora en internet es magnífico porque puedes acudir a sitios donde de otra manera no podrías conocer información. Pero hay una parte negativa y es que hay muchísima basura y muchísima mala información. Hoy todo el mundo se considera artista y está bien, por lo que te he dicho, pero si no hay un sentimiento detrás, es falso, no hay mensaje y para mí eso es terrible.

Si lo enfocamos a nivel arquitectónico, sí hay expresiones de arquitectos o artistas que quieren establecer una comunicación. Y hay gente que está muy arriba porque ha conseguido que su idea se entienda. Pero eso es una aguja en un pajar, son muy poquitos lo que realmente lo hacen. Lo que ahora se lleva es “yo soy arquitecto, yo tengo un promotor y aquí tienen que haber 20 plazas de parking”, pero no caben… La arquitectura está pasando por un momento duro.

Algunes obres de R+OP a Barcelona
Recinte de la Fira de Barcelona, avinguda de la Reina Maria Cristina
Facultat de Química de la Universitat de Barcelona
Estacions de metro Plaça Catalunya, Diagonal i Paral·lel (desapareguda) relleus de l’andana de la línia 3
Estació de metro Marina, vestíbul
Vestíbuls d’entrada de les finques situades al carrer de Llull, 16, avinguda de les Drassanes, 27, carrer de Bertran, 41, carrer de Felipe de Paz, 13, carrer de Balmes, 124, carrer de Còrsega, 203-205, carrer de Casp, 122, carrer de Casanova, 37, carrer de Trafalgar, 29
Decoració de façana de les finques situades a la via Augusta, 151, avinguda de les Drassanes, 27, carrer Gran de Sant Andreu, 291, carrer de Casp, 51

Més informació
324 (10/11/2016). Endesa salvarà el mosaic de la central tèrmica de Cubelles i el cedirà a l’Ajuntament [En línia].
DyD. Estatua a las Habaneras. Torrevieja [En línia].
RONDALLER (31/12/2021). Anonimat artístic  [En línia].
RONDALLER (12/8/2021). Anonimat artístic 2  [En línia].
RONDALLER (6/1/2022). Anonimat artístic 3  [En línia].

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Última actualització de la pàgina: 10/7/2024