La Casa de l’Ardiaca
Un edificio histórico proclamado bien cultural de interés nacional.
La Casa de l’Ardiaca, antiguo casal para esta dignidad eclesiástica, se edificó en torno al siglo XII, aprovechando una parte de la antigua muralla romana de Barcelona. A finales del siglo XV, lo reconstruyó el arcediano Lluís Desplà en estilo gótico con elementos renacentistas.
Desamortizada en el siglo XIX, pasó a manos de propietarios burgueses, que completaron el patio en forma de claustro, según el proyecto del arquitecto Josep Garriga, y también hicieron varias modificaciones en los interiores de acuerdo con los gustos de la época.
En 1895 se convirtió en la sede del Colegio de Abogados de Barcelona, y de esta época es el famoso buzón modernista, obra de Lluís Domènech i Montaner.
La adquirió el Ayuntamiento de Barcelona, en 1919, para instalar el Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona, con reformas dirigidas por el arquitecto Josep Goday.
Después de los bombardeos de la Guerra Civil (1936-1939), se derribaron las casas adosadas en la parte exterior de la muralla y se abrió la avenida de la Catedral. Entre 1955 y 1962 se remodelaron las fachadas, bajo la dirección del arquitecto Adolf Florensa.
La reforma integral de la Casa de l’Ardiaca se hizo entre los años 1991 y 1998, para consolidar el edificio y mejorar las condiciones de trabajo, de consulta y de conservación de la documentación, según el proyecto de los arquitectos Roser Amadó y Lluís Domènech.