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Exposición: "40 años de ayuntamientos democráticos"

Nueva ordenación territorial de la ciudad

Con el fin de conseguir una ciudad más democrática y “humanizada”, el primer consistorio trabajó para implantar una nueva planificación del espacio urbano que favoreciera a la ciudadanía y mitigara las desigualdades generadas por el desarrollo capitalista. A finales de 1979, Barcelona contaba con más de 1,7 millones de habitantes y, por consiguiente, las necesidades de la población habían cambiado respecto a 1950, cuando se fijaron los doce distritos vigentes.

El Ayuntamiento apostaba por nuevos distritos que fueran ámbitos de relaciones sociales y descentralización del poder municipal, dotándolos de suficientes atribuciones políticas, económicas, técnicas y administrativas. Esta cuestión puso de manifiesto las diferentes propuestas de los actores políticos y sociales.

El movimiento vecinal, el agente social más relevante del momento, supo tomar la iniciativa y en 1980 presentó la propuesta de un mapa que delimitaba los grandes barrios de la ciudad. El proceso de elaboración del nuevo mapa municipal se prolongó durante toda la primera legislatura, con propuestas diferentes de socialistas y comunistas, por un lado, y de convergentes, por el otro. El nuevo mapa municipal con diez distritos, aún vigente, se aprobó finalmente en el Consejo Plenario del Ayuntamiento de Barcelona celebrado el 18 de enero de 1984.