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Visita al MNAC

11 Diciembre | 2015

Convocados por el Consell de Cent, un numeroso y voluntarioso grupo de ex concejales y acompañantes, peregrinamos el viernes 11 de diciembre hacia la montaña de Montjuic, y más concretamente hacia el MNAC.
La oferta era inusual y bastante atractiva. Se nos ofrecía visitar el fondo de reserva del museo acompañados de su director Pepe Serra, y varios miembros de su equipo.
Una vez realizada la visita, y pensando en hacer esta reseña, me cuesta ponerme de acuerdo conmigo mismo sobre si lo más importante de la visita, fue lo que vimos, o bien las explicaciones que nos fueron dadas.
En cuanto al recorrido podemos destacar el descubrimiento de que la mayor parte de los fondos del museo salen poco a la luz, constatando a la vez que están perfectamente clasificados y conservados. Cuando ves todo el que hay, te apetece sacarte el carné de estudioso –si es que existe- y pasarte el día removiendo por las tripas del museo. También hay que destacar el trabajo de los restauradores – que tuvimos ocasión de visitar- , personajes por los que el tiempo parece ser una cuestión relativa, dado que están abocados sin tapujos, al trabajo bien hecho.
Mientras íbamos paseando y conociendo las interioridades museísticas en Pepe Serra, nos fue ilustrando sobre el papel de los grandes museos en el mundo actual. Es así como descubrimos que el MNAC es uno de los diez museos de excelencia en el mundo ahora mismo y que casi ha doblado su público en los últimos tres años; que tiene un presupuesto anual de unos catorce millones de euros, de los cuales trece son para el gasto ordinario, y sólo uno se puede destinar en programas; que la aportación de las administraciones va disminuyendo de año en año; que el Consorcio que tiene precaución y tiene un sistema de gobernanza que parece como mínimo, poco adecuado en los tiempos actuales; que las obras almacenadas pueden ser menos importantes que las expuestas, pero que a menudo toman relevo cuando se hacen exposiciones especializadas que quieren explicar un discurso o bien un relato concreto; que el museo está haciendo un esfuerzo prestando obra almacenada para que sea vista por todas partes; que la informática y el mundo virtual permitirán que la totalidad de las obras estén a disposición de todo el mundo, cuando haya recursos suficientes para hacer el trabajo previo imprescindible; que no parece demasiado responsable continuar creando nuevos museos, si los existentes –cómo es el caso- tienen que funcionar con un zapato y una alpargata. Y esto sólo es una cata!.
En fin que la única pega de la jornada fue que los reunidos estamos mayormente jubilados y somos ex concejales y no políticos en ejercicio. Ayudaremos como siempre en el que podamos, pero me temo que a Pepe Serra le quedan por delante bastantes años de pedagogía frente unas instituciones dónde en estos tiempos permanentemente trascendentales e históricos, la cultura –incluso la nacional- quizás se les queda demasiado lejos. En cualquier caso, gracias Pepe, fue todo un placer.

Xavier Valls

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