Interculturalidad LGTBI | ¿Dónde están las disidencias sexuales y de género gitanas?

Escrito por Iñaki Vázquez
 
La entrevista que mantuve con la tía Myriam Amaya fue un recorrido por su vida, su compromiso con las luchas contra las injusticias, pero sobre todo fue un testimonio de dignidad. Myriam Amaya nos explicó cómo tuvo el apoyo de su familia desde que era joven, desmontando en primera persona el prejuicio antigitano existente que nos dice que el Pueblo Gitano es más misógino y LGTBfóbico que la sociedad en el cual sustenta el privilegio blanco (payo). Con una espontaneidad maravillosa, narró sus primeros episodios de vida en Barcelona, donde a muy temprana edad tomó conciencia de la necesidad de luchar por sus derechos como mujer transexual y gitana, cuando un policía franquista le insultó diciendo: “maricón y gitano”. Siguió explicándonos como la represión fue sistemática y cruel y como ellas sobrevivían a base de una mezcla de humor, solidaridad y un coraje inconmensurable.
 
La tía Myriam Amaya hizo gala de su condición de gitana durante la hora larga de conversación, mostrándose orgullosa de lo que es. Ese mismo orgullo fue el que le hizo implicarse en la organización de la primera manifestación en pro de los derechos LGTB en el Estado Español ocurrida en la capital catalana. Consciente de los que eso significa, hizo referencia a la similitud con lo ocurrido años atrás en Nueva York, en Stonewall Inn, donde fueron las mujeres transexuales racializadas las que iniciaron aquella lucha que dio pie a lo que hoy conocemos como movimiento LGTB. Curiosamente el olvido del papel de las transexuales racializadas también fue común en los dos episodios ocurridos en ambos lugares.
 
Myriam no dudó en denunciar el racismo existente actualmente en el seno del movimiento que ella misma, junto con una quincena más de personas iniciaron aquí. Los templos del llamado “capitalismo rosa” no están pensados para las personas disidentes sexuales racializadas. Negras, moras, latinas y gitanas no solo son mal vistas en los barrios de Chueca o el Gaixample, por solo poner dos ejemplos, sino son consideradas como foráneas en espacios que paradójicamente existen, porque mujeres tan valientes y valiosas como la tía Miryam Amaya y sus compañeras se enfrentaron a los poderes del estado para cambiar la realidad.
 
Sin duda, después de oírla, después de sentirla, me reitero en proponer que la ciudad de Barcelona, con la alcaldesa al frente, le haga el homenaje que se merece, ya que, sin ella y sus compañeras, la ciudad no seria lo que hoy dice ser. Ese homenaje llegará tarde, pero no hacerlo haría de la maravillosa Barcelona otro rincón más en los que las vidas gitanas quedan tapadas, enmudecidas y ocultadas.
 
Escrito por el Espai Avinyó
 
Con el conversatorio, ‘¿Donde están las disidencias sexuales y de género gitanas’? , cerramos con magnificencia el ciclo Interculturalidad LGTBI. Diálogos para una memoria plural, organizado con la colaboración del Centro LGTBI de Barcelona, y que nos ha permitido, durante todo el año 2020, complejizar y ampliar la mirada sobre la historia oficial detrás de las siglas LGTBI.
 
La generación de espacios de diálogo y creación a través de diferentes lenguajes como  la literatura, la escritura, el cine, la fotografía, el videoarte, la investigación y los activismos protagonizados por personas y colectivos migrantes y/o racializadxs, han
posibilitado iniciar un largo camino institucional y dentro del colectivo LGTBI, de retos por escuchar y constituir dia a dia una memoria plural del movimiento, y luchas para la diversidad sexual y de género en el contexto de Barcelona.