Chocolate: Dulce tentación con historia amarga

Un espacio de reflexión sobre lo que supuso el comercio del cacao desde las colonias españolas hacia Europa a partir de los siglos XVI y XVII. Sobre este comercio y lo que significó en en cuanto a enriquecimiento por la metrópoli colonial a expensas de la explotación sistemática de los recursos y los habitantes de las colonias acostumbra a encontrarse muy poca información, no solo en el mismo Museo del Chocolate, sino en los libros de historia.
 
El 9 de octubre de 2019, el Museo del Chocolate ha acogido la actividad 'Chocolate: dulce tentación con historia amarga', a cargo de la Asociación Antropologías.
 
Una visita que nos ha permitido acercarnos a la historia no explicada del cacao que, como otros muchos productos enormemente populares en Europa y procedentes de las ex-colonias (otro buen ejemplo es el café) han cambiado la historia del consumo en nuestros contextos, pero esconden un amargo pasado que no podemos olvidar. Destacamos del diálogo:
 
  • Veronica Morante, de la Asociación Antropologías ha iniciado el espacio de reflexión con una introducción a la perspectiva crítica desde la que se ha abordado la visita. También nos ha hablado de los usos que tenía el cacao para los pueblos originarios en la América Latina (principalmente por parte de los mayas y los aztecas). En aquel contexto, el cacao era consumido sobre todo como bebida y tenía un gusto amargo y picante. De los usos diversos que se hacía, destacaban las propiedades medicinales y las prácticas rituales, a pesar de que como hoy en día, también era consumido por puro placer.
  • Cuando los españoles llegan a América, en un inicio no se interesan por el cacao porque les resultaba un producto amargo y poco gustoso pero a partir del siglo XVI el cacao empieza a ser adaptado a los paladares de los colonos, endulzándose con azúcar y con especies como la canela o la vainilla. A partir de este momento, empieza el comercio de cacao hacia las metrópolis europeas, inicialmente España y Portugal y posteriormente al resto de Europa, donde inicialmente era un producto exclusivo consumido por los nobles y el clero.
  • Para ilustrar lo que supusieron las plantaciones de cacao en las colonias, Jodie Casas (Asociación Antropologías), nos ha presentado el caso particular de la isla de Bioko en la actual Guinea Ecuatorial, que fue colonia española desde finales del siglo XVIII hasta muy entrado el siglo XX. Durante un periodo de más de 100 años el principal eje comercial de la isla fue el cacao, que era exportado a toda Europa a través de Cádiz y Barcelona por parte de la “Compañía Transatlántica Española" (propiedad de Antonio López, marqués de Comillas). Las plantaciones de cacao, controladas mayoritariamente por grandes terratenientes españoles (muchos de ellos catalanes) se convirtieron en un verdadero monocultivo en la isla. Los productores de cacao, necesitados de mano de obra para las plantaciones, ejercieron gran violencia sobre los pueblos originarios de la isla, que se resistieron sistemáticamente a subyugarse al poder colonial. Esta violencia se ejercía mediante el ataque a los sistemas de vida tradicionales (hecho que obligaba los pobladores a depender económicamente de la metrópoli y a obtener dinero trabajando a las plantaciones), con unas condiciones de trabajo terribles y con violencia militar y policial directa. Para justificar esta explotación de recursos naturales y humanos, los colonos usaron teorías racistas y de superioridad de la raza blanca, así como misiones evangelizadoras.