Series a debate | Élite

El jueves pasado 3 de junio, el Espai Avinyó acogió la segunda edición del ciclo ‘Series a debate‘ para analizar, en clave intercultural, la serie Élite con relación a como se han construido los personajes, conflictos y situaciones que rodean su realidad. Además de preguntarnos sobre los límites o retos de la presencia, representación y visibilidad de actrices, actores y comunidades racializadas dentro de las producciones audiovisuales.
 
Para el debate contamos con la dinamización de Sally Fenaux Barleycorn de New Voices New Futures, el colectivo de creadores afro que se ha unido para la producción, distribución y apoyo de los proyectos audiovisuales de cineastas afrodiaspóricos. Y para enmarcar la conversación contamos con Hajar Menssouri, trabajadora social y miembro de la asociación Madres contra el racismo y Kenza Benzidan, tallerista en diversidad sexual y de género y en la prevención de violencias en el ámbito escolar.
 
Élite es una serie española distribuida por Netflix en más de 190 países alrededor del mundo con mucho éxito. Narra la vida de un grupo de estudiantes de un exclusivo colegio privado, en el que llegan dos chicos y una chica becados de extracción humilde, hecho que desencadena diversas tramas cargadas de conflictos de clase, raciales y de género, entre otros. Los ponentes destacaron la importancia y relevancia de los personajes de Omar y Nadia, dos hermanos musulmanes de origen palestino, para poder examinar la serie.
 
Para poder hacer la reflexión contamos con el marco de análisis desarrollado y propuesto por el colectivo NVNF que consiste en cuatro preguntas: ¿Los personajes de la serie son personas diversas? ¿Son la interculturalidad y la diversidad cultural elementos constitutivos o esenciales de la serie? ¿Los principales creadores son personas diversas? ¿Cuál es la audiencia principal en la cual está dirigida la serie?
 
Antes de empezar se habló de la importancia de hacer este análisis, ya que las series y películas crean una realidad para nosotros. Sally Fenaux Barleycorn nos dejó con la siguiente reflexión: ¿Como de importante es la diversidad en las series si ésta perpetúa los estereotipos y el statu quo? ¿Habiendo crecido en este statu quo, es posible cuestionarse? ¿Percibes todas las cuestiones del sistema? Con eso en mente, se dio paso al análisis en sí.
 
Kenza Benzidan empezó analizando al personaje de Omar que cumple con diversos estereotipos, como el de vender droga, y así es como conoció a su pareja Ander, a través de una relación de comercio. Esta misma relación pone en evidencia el punto de vista homonacionalista de la serie, o como lo define Kenza, basándose en la definición de la teórica queer Jasbir K Puar, autora de Ensamblajes terroristas: el homonacionalismo en tiempos queer, “este homonormativismo de las personas gay sin pluma unidas para defender la nación, en este caso en contra del mal musulmán”.
 
Un ejemplo de eso es que Ander afirma en una escena sobre su relación con Omar: “no podemos estar juntos porque su padre es un puto cavernícola”. Aquí se construye un imaginario de otredad al comentar que las personas musulmanas y árabes no aceptan la homosexualidad, a diferencia, supuestamente, de las personas europeas.
 
Hajar Menssouri continuó con el personaje de Nadia, que defiende en la primera temporada el hecho de poder llevar velo o hiyab en la escuela, aunque diversos profesores y estudiantes se opongan. La problemática llega cuando finalmente se acaba sacando el hiyab, pero no cuando lo decide necesariamente por su cuenta, sino cuando sucumbe a la presión social y decide impresionar a su pareja.
 
Aparentemente, la narrativa de la serie sigue una línea feminista y liberadora, ya que es Nadia que decide sacárselo, pero, como comenta Hajar Menssouri, la serie demuestra el contrario: “Nadia se acaba mostrando sumisa y oprimida, como si necesitara ser rescatada, aquí hay una negación del discurso de las mujeres que llevan velo”.
 
En estas instancias, además de otras, como el retrato del padre de los dos como un hombre abusador y violento, o la vez que Ander creía que Omar le robaría, la serie Élite da motivo al hecho de que se entienda que las personas musulmanas son violentas y salvajes. Pero no sólo eso, además muestra que no son capaces de tener pensamiento crítico, y las personas de origen europeo se acaban convirtiendo en figuras de protección sobre ellas. Eso solamente demuestra que cualquier práctica o cuestionamiento no hegemónico es vista como el enemigo.
 
Hajar Menssouri llegó a la conclusión que: “La diversidad sirve a Élite para demostrar desde el principio al final el conflicto (…). Los mensajes que nos hacen llegar son de interseccionalidad, pero el fondo es otro. Hay una negación del discurso a través de las acciones, al final lo que se acaba haciendo es engañar al espectador”. Por este motivo, se habló de la importancia que los creadores, guionistas y todas aquellas personas involucradas en las series, tendrían que reflejar esta diversidad que se ve en la pantalla, ya que sólo así podrán plasmar la diversidad de realidades que se intentan mostrar, y de esta manera todos los públicos se verán realmente identificados.