¿Qué es el discurso de odio?

¿Qué entendemos por discurso de odio?

En el ámbito europeo, se ha definido el discurso de odio como el: “…fomento, promoción o instigación (…) del odio, la humillación o el menosprecio de una persona o grupo de personas, así como el acoso, descrédito, difusión de estereotipos negativos, estigmatización o amenaza con respecto a dicha persona o grupo de personas y la justificación de esas manifestaciones por razones de “raza” , color, ascendencia, origen nacional o étnico, edad, discapacidad, lengua, religión o creencias, sexo, género, identidad de género, orientación sexual y otras características o condición personales.”

 

Recomendación nº 15 de la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa (2015).

¿Cuándo se debería sancionar el discurso de odio?

Todas las instituciones europeas consideran necesario sancionar los casos más graves de discurso de odio. Sin embargo, no todo el discurso de odio es delito o puede ser objeto de sanción administrativa o civil. Por ello, cabe diferenciar en cada contexto particular entre:

  • DiscursoODI-CASTEl discurso de odio sancionable, que incluye las formas más graves de discurso de odio, que constituyen delito o acarrean una sanción administrativa o la reparación del daño causado por la vía civil, en un país determinado. Por el riesgo que supone de violación del derecho a la libertad de expresión, la Recomendación nº 15 de la ECRI establece que el discurso de odio debería ser perseguido penalmente solo en circunstancias limitadas y que las penas deberían reflejar siempre el principio de proporcionalidad. Según esta Recomendación, los Estados deberían perseguir el discurso de odio solo si se cumplen dos circunstancias:
    • si el discurso de odio tiene lugar en un contexto público;
    • si puede incitar actos de violencia, intimidación, hostilidad o discriminación.
      Con respecto a este último criterio, es importante destacar que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha destacado en sentencias como en Féret contra Bélgica de 2009 que para que exista discurso de odio no es necesario que se incite directa o explícitamente a la violencia, sino que es suficiente con que se incite al odio al injuriar, ridiculizar o difamar a ciertas partes de la población y sus grupos específicos o la incitación a la discriminación. Del mismo modo, también se destaca que cualquier restricción de la libertad de expresión “debe obedecer a una necesidad social democrática, que va más allá de la lesión de derechos individuales”
  • El discurso intolerante (o discurso de odio no sancionable), que incluye el discurso de odio que está amparado por la libertad de expresión. A pesar de que este tipo de discurso no debe ser sancionado, debe ser combatido desde otras estrategias, pues supone una grave amenaza para la convivencia y contribuye a perpetuar la discriminación de determinados colectivos. La mayoría del discurso de odio existente tanto online como offline entraría en la categoría de discurso intolerante.

¿Cuáles son los tipos principales de discurso de odio?

Toda forma de discurso de odio es discriminatoria hacia otras personas. Estas personas son a menudo percibidas como diferentes (“los otros”), bien por razón de su origen, religión, género, orientación sexual, u otras características o condiciones personales.

Los grupos vulnerables al odio varían en cada lugar y en cada momento histórico. No obstante, si nos situamos en el momento actual y en el contexto europeo, es posible distinguir una lista de grupos vulnerables que son especialmente susceptibles de ser objeto de discurso de odio.

Según la Recomendación Nº 15 de la ECRI, los grupos vulnerables al odio suelen incluir personas solicitantes de asilo y refugiadas, las personas migrantes, las personas negras, las comunidades de personas judías y musulmanas, las personas gitanas y otras comunidades religiosas, históricas, étnicas y lingüísticas minoritarias, y las personas LGBTI.

Además de estos grupos, la recomendación destaca también que las mujeres, las personas sin recursos, los niños y jóvenes pertenecientes a estos grupos y las personas con diversidad funcional son especialmente vulnerables al odio.

Teniendo en cuenta estos grupos vulnerables, se pueden destacar como tipos principales de odio los siguientes:

  • Antigitanismo: es una forma de racismo dirigido a las personas gitanas.
  • Antisemitismo: prejuicio contra u odio o discriminación hacia las personas judías tanto como grupo étnico o religioso.
  • Aporofobia: rechazo de las personas sin recursos o sin hogar.
  • Islamofobia: prejuicio contra, odio hacia o miedo al Islam o las personas musulmanas.
  • LGTBIfobia: rechazo a las personas lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales.
  • Racismo: creencia de que, por motivo de la raza, el color, el idioma, la religión, la nacionalidad, el origen nacional o étnico, se justifica el desprecio de una persona o grupo de personas o la noción de superioridad de una persona o grupo de personas.
  • Sexismo: discriminación de las personas por razón de sexo. Como consecuencia de la desigual relación de poder entre hombres y mujeres en la sociedad, la forma más común de sexismo es la misoginia, el rechazo, odio o discriminación hacia las mujeres.
  • Xenofobia: prejuicio contra, el odio hacia o el miedo a personas de otros países o culturas.

¿Cuáles son las causas y efectos del discurso de odio?

El discurso de odio contribuye a crear un clima general de intolerancia que genera consecuencias muy concretas para los grupos afectados y para la sociedad en general.

Piramide_odio_CASTUno de los objetivos principales del discurso de odio es difamar a personas que forman parte de grupos vulnerables –por ejemplo a través de la difusión de estereotipos y rumores y de señalarles como chivos expiatorios de los problemas de la sociedad–, lo que afecta a la percepción que la población general tiene de ellas.

  • A nivel individual, el discurso de odio también afecta a la percepción que los grupos victimizados tienen de sí mismos, lo que puede afectar a su autoestima. Además, las expresiones de discurso de odio pueden incluir amenazas y llegar hasta el acoso, lo que suele provocar en las víctimas ansiedad y otros problemas de salud mental, que en algunos casos extremos pueden desembocar en suicidio.
  • A nivel social, la difamación de grupos vulnerables y la justificación de la discriminación que suele implicar el discurso de odio puede generar actitudes discriminatorias tanto por parte de personas individuales como en los representantes de las instituciones públicas. Estas actitudes incluyen a menudo negar a estos grupos el acceso a bienes públicos como el empleo, la vivienda, la sanidad o la educación, lo que contribuye a su exclusión y marginación.
    Asimismo, los procesos de otredad (percepción de un grupo de personas como diferentes y ajenos a la propia comunidad) y la deshumanización que entraña el discurso de odio pueden llevar a determinadas personas o grupos a cometer actos de violencia, tanto contra propiedades y elementos simbólicos (como actos de vandalismo o de profanación), como contra personas (agresiones físicas o sexuales, asesinato o terrorismo).

En última instancia, la historia ha demostrado ya en demasiadas ocasiones que el discurso de odio sienta las bases para formas extremas y generalizadas de violencia como el genocidio, que pretende la aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social.

La pirámide del odio representa las raíces del odio y sus consecuencias.

¿Dónde encontramos el discurso de odio?

En la actualidad, el discurso de odio se genera y propaga principalmente a través de tres canales:

  • Quimica_odio_CastEl espacio público. Otra vía de difusión es el espacio público, donde el discurso de odio puede adoptar múltiples formas y producirse en varios contextos. En primer lugar, el discurso de odio en el espacio público puede difundirse a través de pintadas en actos de vandalismo contra propiedades públicas o privadas, o en forma de profanación de lugares de culto o cementerios. En segundo lugar, también puede producirse en la calle o cualquier otro lugar público, adoptando la forma de insultos o improperios dirigidos contra personas por su pertenencia a colectivos vulnerabilizados. En tercer lugar, el discurso de odio en el espacio público también puede tomar la forma de difamación indirecta sobre dichos colectivos, por ejemplo en mítines políticos o eventos deportivos. Finalmente, en casos especialmente graves, en el espacio público el discurso de odio también puede acompañar actos de discriminación, acoso o agresiones físicas.
  • Internet. Hoy en día, Internet es uno de los principales espacios de propagación de discurso de odio. Algunas características del medio online, como la facilidad que tienen las personas de permanecer en el anonimato o su naturaleza transnacional, facilitan la generación y extensión de este discurso, y dificultan su sanción. Así pues, desde la generalización de su uso en la década de 1990, webs, blogs y foros se convirtieron rápidamente en espacios privilegiados de difusión del odio. Más recientemente, con la llegada de la web 2.0., las redes sociales y las aplicaciones de mensajería han pasado a ser el espacio principal de propagación de este tipo de discurso.
    Si quieres denunciar o reportar un mensaje de discurso de odio en Internet, destacamos a continuación algunas vías que puedes seguir:

  • Los medios de comunicación. Los medios de comunicación de masas (en los que la comunicación se trasmite desde un único emisor a una audiencia masiva) han jugado tradicionalmente un papel muy relevante en la generación y difusión del discurso de odio. Aunque medios como la prensa, la radio y la televisión también pueden generar discurso de odio directamente, es particularmente relevante su contribución a crear un clima social propicio a este tipo de discurso, principalmente a través de su facultad para configurar la agenda pública (qué es noticia) y para generar, normalizar o reafirmar estereotipos y prejuicios con el tratamiento que hacen de la diversidad. Por esta razón, es importante tener en cuenta que una noticia poco contrastada o tendenciosa sobre un colectivo vulnerabilizado o la reproducción no crítica del discurso de odio de otros emisores, como puede ser el caso de políticos que forman parte de movimientos xenófobos, también pueden generar discurso de odio.

¿Qué hacer contra el discurso de odio?

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Por la gravedad de sus efectos tanto en las personas y comunidades que los sufren como en la sociedad en general, prevenir el discurso de odio es fundamental en las sociedades diversas.

Para reducir la incidencia del odio en la sociedad, es preciso un esfuerzo conjunto por parte de actores sociales específicos –como la administración pública, los medios de comunicación, la academia, las empresas, las entidades– así como de la ciudadanía en general.

En esta sección verás algunas maneras de aportar tu granito de arena a la lucha contra el odio.