Ánades reales
La presencia de ánades reales en balsas, estanques y lagos es un hecho habitual en la ciudad de Barcelona.
La especie
Proceden de un cruce entre las poblaciones salvajes que se han adaptado a la ciudad y los ejemplares introducidos como elementos ornamentales a principios del siglo XX.
En el trabajo de campo realizado para elaborar el Atlas de las aves nidificantes de Barcelona Abrir en una ventana nueva (2017) se cuantificaron una quincena de parejas estables, pero ya podemos decir que en la actualidad esta cifra se ha duplicado.
El aumento de la nidificación muestra una amplia distribución, más allá de las fuentes clásicas, al tratarse de una especie oportunista que ocupa prácticamente cualquier masa de agua disponible.

Gestión municipal
El Ayuntamiento respeta la dinámica natural del ánade real en la ciudad, siempre que el espacio donde se instale reúna unas características mínimas de hábitat que le permitan un buen desarrollo.
En las balsas, fuentes o estanques en las que se registran condiciones óptimas para su desarrollo, se colocan rampas para facilitar que las crías, aún sin capacidad de vuelo, puedan salir y entrar de la lámina de agua y no peligre su supervivencia. Asimismo, también se colocan plataformas flotantes para ofrecer superficies de reposo.
Sin embargo, la presencia de ánades reales en balsas naturalizadas supone un grave perjuicio para las poblaciones de anfibios y las fases larvarias de muchos invertebrados acuáticos (caballitos del diablo, libélulas, pulgas de agua...) que viven en estas, porque se alimentan de ellos directa o indirectamente. Su presencia en este tipo de balsa pone en riesgo estos ecosistemas acuáticos y reduce las poblaciones de especies protegidas, como el sapo, la ranita meridional o la rana común.

Convivencia de la especie con la ciudadanía
No lo alimentes
El ánade real es una especie silvestre que encuentra alimentos en su entorno de manera natural. No se le debe alimentar. Cuando le damos de comer lo ponemos en peligro y perjudicamos su salud: pierde el instinto de supervivencia y altera su comportamiento. Al mismo tiempo, se establece en balsas, lagos y estanques que, en muchos casos, no reúnen las características mínimas para desarrollarse con seguridad.
No lo molestes
Como especie silvestre que es, no se le debe molestar y hay que minimizar cualquier tipo de intervención o contacto.