Compartir la casa y la vida con un animal de compañía puede ser una buena solución para combatir la soledad no deseada.
Las experiencias vividas a través de la adopción, la acogida o el voluntariado con animales de compañía también permiten disfrutar de nuevas relaciones y acceder a espacios donde conocer a otra gente.
La complicidad y el vínculo de afecto que se genera con estos compañeros de vida, así como los momentos compartidos, ayudan a romper el aislamiento y la soledad. No olvidemos que ellos también se sienten solos y necesitan compañía.