Bienestar Animal

Ya tenemos aquí el solsticio de verano, y de su mano llega la fiesta de San Juan y la preocupación de la gente que convive con animales en casa. En una ciudad como Barcelona es difícil que los perros y gatos domésticos puedan huir del sonido constante de los petardos, protagonistas absolutos de la noche. Esta situación los afecta de manera importante, y es necesario hacer una previsión para que puedan pasarlo de la mejor forma posible.  

Una solución es prever esta noche con tiempo e ir trabajando una desensibilización de las mascotas para que se vayan adaptando al sonido progresivamente, estén más acostumbrados y no lo asuman como una amenaza. Los etólogos y los veterinarios nos aconsejaran cómo hacerlo y las diferentes posibilidades que tenemos. 

Si no tenemos forma de evitar la exposición de nuestro animal a los petardos, también podemos consultar con nuestro veterinario la opción de darle algún medicamento que le permita pasar la experiencia de manera más tranquila. 

Algunos consejos básicos: 

• Si nuestra mascota tiene mucho miedo, evitemos tirar petardos en nuestro patio o jardín.
• Intentemos no dejar solo al animal: lo mejor es que esté con una persona de su confianza. 
• Cerremos todo lo que podamos para mitigar el sonido exterior (puertas, persianas, ventanas). 
• Dejémosle preparados escondites donde resguardarse en su sitio favorito (creando así un “refugio”). 
• No estemos todo el rato encima del animal dándole caricias, porque entenderá que tener miedo es la respuesta correcta y será muy difícil cambiar su actitud. Reñirle tampoco ayudará en nada, ya que lo que está sufriendo es una reacción involuntaria. Mantengamos la calma cuando estemos cerca suyo, pero con distancia. 
• Si es un perro, es muy recomendable dar un buen paseo antes, ya que así estará más tranquilo y cansado. Debemos pasearlo en un momento en el que no se escuchen petardos, y llevarlo siempre atado para evitar que pueda asustarse. 

Si tu animal lo pasa muy mal este año, ve al veterinario para que puede aconsejarte iniciar un tratamiento de terapia con un etólogo, con la finalidad de prepararlo de manera adecuada para el año que viene.