Los ‘casals’ se reinventan y se convierten en puntos de encuentro también virtuales en los barrios

Los ‘casals’ se reinventan y se convierten en puntos de encuentro también virtuales en los barrios

07/07/2020 - 17:26

Durante el confinamiento, los ‘casals’ de barrios de Barcelona tuvieron que cerrar las puertas físicas, pero abrieron otras: las digitales. Y parece que el formato ha venido para quedarse.

A pesar de las dificultades logísticas, buena parte de los centros, con mucha creatividad y adaptación, han trabajado para ofrecer algunos de sus talleres y actividades mediante plataformas en línea y para abrir sus redes y sus espacios virtuales a las iniciativas solidarias de las entidades del barrio.

Recogemos dos casos que ejemplarizan cómo los ‘casals’ se han convertido en un punto de encuentro también virtual del barrio y han podido conectar a los vecinos y vecinas en un momento muy complicado.

Una ventana digital abierta al barrio

Cuando se decreta el confinamiento, en el Centro Ton i Guida de Roquetes, gestionado por la plataforma de entidades del barrio, se plantea que los contenidos de la web los generen las usuarias del propio ‘casal’. Así nace la iniciativa “El Ton i Guida a casa teva”, un espacio web en el que el vecindario o las entidades que forman el centro compartieron cultura, revistas, espectáculos en línea, exposiciones…, que también se difundieron por las redes sociales del ‘casal’.

“Lo más positivo es que en la página del ‘casal’ eran igualmente bienvenidas las iniciativas de vecinas particulares como las de grandes equipamientos. Así, hemos podido encontrar actividades del ‘casal’ infantil, de artistas de circo del Ateneu Popular 9 Barris, recetas de cocina compartidas por las vecinas…”, explica Josep Estany, coordinador de actividades del ‘casal’. “No fue fácil, porque tuvimos que aprender a utilizar YouTube, a editar vídeos, a enviarlos o a compartir correctamente varios materiales desde nuestras redes sociales. Ha sido un aprendizaje intenso y de ensayo-error”, explica.

Además, se ha hecho un esfuerzo para visibilizar, por sus canales comunicativos, la tarea de iniciativas comunitarias como la Red de Apoyo Mutuo de Roquetes, que surgió para apoyar a los vecinos y vecinas en los problemas derivados de la covid-19. El ‘casal’ ofrecía en su web la versión más actualizada de la guía de recursos del barrio, con las distintas iniciativas y servicios ofrecidos por entidades, grupos e instituciones.

El Ton i Guida ha seguido apostando por hacer actividades culturales por las redes. “Ha tenido mucho éxito la iniciativa ‘Historias de balcones’, con vídeos de las vecinas explicando en primera persona las sensaciones y emociones que vivían desde cada ventana y durante los aplausos de las ocho”, explica Josep Estany. También celebraron la #NitEstiuRoquetes, una fiesta en línea para celebrar el solsticio de verano con artistas del barrio y canciones dedicadas por los vecinos y vecinas a familiares o amigos. Se intentó así mantener la conexión y los vínculos, que son la razón de existir de la entidad.

Cohesión y aprendizaje de idiomas por WhatsApp

L’Espai 210, el ‘casal’ del barrio de la Sagrada Família, es uno de los centros que ha estado más activo en las redes sociales durante el confinamiento. Han podido impartir talleres de cocina en directos de Instagram, cursos de yoga, exposiciones fotográficas participativas por Facebook o cursos de idiomas por Zoom, entre otros. “En el grupo de castellano había personas que no podían acceder a una conexión a internet, y por lo tanto, hemos acabado utilizando WhatsApp para dar las clases, enviando audios y vídeos”, explica Àurea Oliveras, dinamizadora del ‘casal’.

“Con este canal hemos podido mantener correspondencia con audios entre distintos grupos, que se planteaban dudas o se explicaban anécdotas, y eso ha permitido mantener un poco la vida en comunidad que normalmente se da en el ‘casal’, y también ha hecho que las vecinas se puedan conocer más”, relata Oliveras. La dinamizadora reconoce que mantener las actividades en línea del centro, a pesar de que eso no permite la misma interacción que las presenciales, ha sido un acompañamiento para muchas personas del barrio, especialmente para aquellas que se han visto solas, sin mucha red y con buena parte de la familia en otros países.

Los dos ‘casals’ son solo unos ejemplos de la labor que han estado haciendo la mayoría de los equipamientos de proximidad durante el confinamiento, intentando paliar los efectos negativos, sobre todo en las relaciones sociales, vecinales y comunitarias en los barrios. La razón de ser de los ‘casals’ de barrio es justamente fomentar estas relaciones y la imposibilidad de los encuentros físicos ha sido todo un reto, que, como hemos visto, ha agudizado la creatividad.

Ahora muchos de los ‘casals’ están reabriendo las puertas físicas de los equipamientos y tienen la vista puesta en cómo adaptarán la actividad en unos barrios que también han cambiado estos últimos meses. Pero tanto en línea como de forma presencial, su objetivo seguirá siendo el mismo: trabajar para el barrio y para seguir siendo un punto de encuentro de la comunidad.