Centre Cívic La Sagrera «La Barraca»

Una historia que empieza con un «The End»
Un antiguo cine de reestrenos en el que tantas familias de la Sagrera pasaban las tardes del fin de semana cerró en los años setenta. Pero el «The End» de la última película que se proyectó fue el principio de una nueva historia: tras cuatro años de reivindicaciones vecinales, el antiguo cine, conocido con el nombre de «La Barraca», fue adquirido por el Ayuntamiento y dio lugar al Centro Cívico La Sagrera, que vuelve a ser un punto de encuentro del barrio y un espacio cultural con ofertas para grandes y pequeños.
 
Abre el cine Imperial
En los años veinte del siglo pasado, el empresario del cine Joan Reverter, que ya explotaba el Cine Martinenc del Clot, compró un edificio en la calle de Martí Molins que había sido una escuela para chicos. En el año 1926, inauguró, en el mismo espacio que hoy ocupa el Centro Cívico La Sagrera, el cine Imperial, que se convertiría en el más popular de la zona.
Durante la Guerra Civil, el cine fue colectivizado por la CNT, pero al final del conflicto volvió a manos de su propietario, que en marzo de 1939 lo reabrió con la proyección de 39 escalones, de Alfred Hitchcock, y Estrictamente confidencial, de Frank Capra.
El cine abría sólo los sábados, domingos y festivos y ofrecía sesiones dobles de reestreno, y a veces triples. A pesar de que seguía llamándose Imperial, los vecinos lo conocían popularmente como «La Barraca».
El Imperial era el típico cine de barrio, pero a principios de los años setenta el negocio fue mermando hasta que, en 1974, la sala cerró sus puertas.
 
Una campaña para conseguir un ateneo
Tras el cierre, los vecinos de la calle de Martí Molins lanzaron una campaña reivindicativa pidiendo que el local se convirtiera en un ateneo popular.
La campaña continuó durante los siguientes cuatro años y contó con el apoyo de la Associació de Veïns de la Sagrera y del Secretariat del Congrés de Cultura Catalana.
En respuesta a las peticiones de los vecinos, el Ayuntamiento acabó comprando el edificio en el año 1978 y empezó a estudiar una posible reforma para convertirlo en un equipamiento para el barrio.
Los estudios concluyeron que, frente a las dificultades para adaptar el edificio existente, era preferible derribar el antiguo cine, operación que se llevó a cabo en 1981.
 
 
Un centro cívico... con techo de «barraca»
En noviembre de 1982, el entonces alcalde Narcís Serra inauguraba el nuevo Centro Cívico La Sagrera, coincidiendo con la fiesta mayor del barrio.
El equipamiento es un edificio de tres plantas del arquitecto Juanjo Lahuerta, que quiso evocar el nombre popular que tenía el espacio con un techo de claraboya, que no solo le da luz sino que, con su doble vertiente, recuerda al techo de una barraca valenciana.
Hoy, el equipamiento es conocido como Centro Cívico La Sagrera «La Barraca» y tiene como objetivo principal promover el desarrollo cultural y la vida asociativa del barrio.
Además de servicios dirigidos a la formación, talleres, exposiciones y tareas de apoyo a las entidades del barrio, el Centro Cívico hace una decidida apuesta por el fomento de la creación ofreciendo un espacio de ensayo para grupos de teatro, danza y música.