Historia de la Barceloneta
El barrio se asentó sobre los terrenos ganados al mar desde el siglo XV, en el que se construyó el espigón del puerto (1474) y se generó una sedimentación lenta de tierras y arenas procedentes del Besòs y del litoral adyacente en torno a la isla de Maians, situada aproximadamente donde se encuentran las instalaciones de la estación de Francia.
El precedente más inmediato de construcción del barrio es el proyecto del capitán general marqués de Castel-Rodrigo, que el 3 de octubre de 1718 determinó la creación del barrio de la Playa, con el fin de alojar a los ciudadanos que habían visto derribadas sus casas con motivo de la construcción de la Ciudadela en la Ribera. Este proyecto se encargó al ingeniero militar Pròsper Verboom.
El ingeniero militar Juan Martín Cermeño, por iniciativa del capitán general marqués de la Mina, empezó, en 1749, un proyecto nuevo y definitivo que respondiera de manera modélica a un conjunto complejo de necesidades: poner fin a la desorganización de las construcciones del Arenal y afrontar la escasez de viviendas en la Barcelona amurallada, prever la insuficiencia del puerto medieval y de sus instalaciones y también tener el control militar de la población, asentada en un solar de inmejorable posición estratégica. La necesidad de construir el nuevo barrio como compensación por el derribo de las casas de la Ribera aparece citada de forma secundaria.
Los detalles del proyecto
En el proyecto se preveía una amplia urbanización de esquema octogonal, compuesta por quince calles paralelas al puerto, de 7,5 metros de anchura, cruzadas por otras tres transversales, de 9,3 metros. Las casas, de planta baja y un piso, destinadas, en principio, a una sola familia y en régimen de propiedad, eran uniformes en cuanto a las dimensiones (8,4 por 8,4 metros), materiales, distribución y decoración externa. Estaban alineadas en manzanas rectangulares extremadamente alargadas y estrechas.