Con la Estrategia municipal de algoritmos y datos para el impulso ético de la inteligencia artificial, Barcelona se dota de un marco normativo para que la aplicación de la inteligencia artificial (IA) respete los derechos digitales de la ciudadanía. Nos sumamos, así, a ciudades como Ámsterdam, Nueva York, Helsinki, Toronto o Seattle en la construcción de un modelo de IA basado en los derechos humanos y comprometido con una sociedad digital democrática.