Avanzamos hacia una economía orientada a todas las personas, que sitúa la vida cotidiana y la reorganización de los tiempos en el centro. Por eso, estamos trabajando con instrumentos gubernamentales fundamentales para una redistribución equitativa de los recursos económicos.

Por una parte, analizamos los gastos y los ingresos municipales y, por lo tanto, incorporamos la perspectiva de género al presupuesto y también a la fiscalidad municipal (ordenanzas fiscales, entre otros) y a los precios públicos.

Por otra parte, desde el 2016 el Ayuntamiento de Barcelona incorpora cláusulas de igualdad de género en la contratación municipal (como la Guía de contratación pública social. Abrir en una ventana nueva). Eso significa que las empresas que tienen una relación laboral con el Consistorio deben cumplir una serie de condiciones que garanticen la igualdad de trato y oportunidades de las mujeres en su funcionamiento interno. El Ayuntamiento es uno de los principales entes contratantes de la ciudad, hecho que determina la relevancia de esta medida para combatir las desigualdades de género en el mercado de trabajo.

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