Activista por los derechos laborales de las mujeres, fue despedida de una empresa de confección por su liderazgo reivindicativo, que condujo, no obstante, a una mejora de las condiciones de trabajo. Llegó a Barcelona con 20 años, en 1966, y empezó a trabajar en el mundo de la confección. Entró en contacto con la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y descubrió la política y la conciencia de clase. Consciente de las condiciones precarias de las trabajadoras, su esfuerzo reivindicativo por los derechos de las mujeres trabajadoras no solo le costó el puesto de trabajo, sino que, además, le impidió volver a trabajar en el sector.
Activista por los derechos laborales de las mujeres, fue despedida de una empresa de confección por su liderazgo reivindicativo, que condujo, no obstante, a una mejora de las condiciones de trabajo.