Fue la primera mujer catalana en obtener el título de piloto de aviación y se hizo famosa al conseguir aterrizar un zepelín en el aeródromo de Barcelona, donde actualmente se encuentra el aeropuerto. Fue en este lugar donde tuvo el primer contacto con la aviación, en 1930, y donde llevó a cabo múltiples vuelos de ensayo. En 1932 accedió a la Unión de Pilotos Aviadores de Cataluña, creada el mismo año, que le concedió el título oficial de instructora de vuelo. Posteriormente, trabajó como profesora en la Escuela de Aviación de Barcelona y en la Cooperativa de Trabajo Aéreo, cofundada por ella y sus compañeros de gremio. En la Escuela de Aviadores Militares coincidió con Dolors Vives Rodons, otra mujer pionera de la aviación con quien trabajó durante la Guerra Civil, controlando barcos enemigos, y registró movimientos aéreos en Barcelona y Valencia hasta el bombardeo del aeródromo de El Prat. Después de ayudar a atravesar la frontera hispanofrancesa a miles de exiliados y exiliadas republicanos, al final de la guerra se exilió en Inglaterra. Nunca más volvió a volar.
Fue la primera mujer catalana en obtener el título de piloto de aviación y se hizo famosa al conseguir aterrizar un zepelín en el aeródromo de Barcelona. Ayudó a miles de exiliados republicanos a atravesar la frontera con Francia.