El racismo se manifiesta en las interacciones cotidianas y en la organización de estructuras e instituciones sociales. No es una cuestión ajena y lejana que afecta a otros países: el nuestro tiene también una historia y un presente que condicionan la forma en que percibimos y tratamos a las personas racializadas. Tomar conciencia de esta realidad y trabajar por la igualdad efectiva de derechos son elementos fundamentales para garantizar la convivencia y la calidad democrática en nuestra ciudad.

Prevenir y luchar contra el racismo pasa necesariamente por trabajar en distintos niveles:

• La prevención general, con acciones orientadas a deconstruir los prejuicios en los que se fundamentan las discriminaciones
• La prevención específica, para desactivar las actitudes y conductas racistas más manifiestas
• La protección frente a las vulneraciones de derechos