El encuentro ha reunido ciudades de toda la región báltica que, igual que Barcelona, buscan estrategias para hacer frente al auge de las narrativas de odio.
Barcelona ha participado, el 1 y 2 de diciembre, en la conferencia “Derechos humanos en la práctica de la administración local”, celebrada en un espacio tan cargado de significado como elEuropean Solidarity Centre de Gdańsk. La ciudad ha sido invitada como un actor histórico en el movimiento de ciudades de derechos humanos, con la responsabilidad y, también con el privilegio, de explicar como una gran metrópoli mediterránea intenta hoy sostener y actualizar la cultura de los derechos en medio de un contexto europeo de involución y narrativas antiderechos.
En la conferencia inaugural, David Llistar, director de Derechos Humanos, Justicia Global y Cooperación Internacional del Ayuntamiento de Barcelona, ha expuesto como el enfoque basado en derechos está transformando la manera de gobernar la ciudad: desde las políticas de vivienda y la acción comunitaria hasta la compra pública responsable y la coherencia global. Por su parte, Jaume Muñoz, director del Departamento de Derechos Humanos y No Discriminación, ha participado en la mesa redonda “Como construir eficazmente ciudades inclusivas y garantizar los derechos de todos los residentes” compartiendo herramientas concretas y experiencias de Barcelona sobre cómo blindar derechos en un momento de crecientes tensiones sociales y políticas.
El encuentro ha reunido ciudades de toda la región báltica que, igual que Barcelona, buscan estrategias para hacer frente al auge de las narrativas de odio y al cuestionamiento de los derechos humanos que avanza a Europa. El objetivo es reforzar la capacidad de los gobiernos locales para mantener el espacio democrático, combatir discriminaciones y garantizar que nadie quede atrás.
Durante las sesiones, se ha debatido cómo las políticas locales no se limitan a gestionar servicios, sino que comportan obligaciones de respeto, protección y garantía de los derechos humanos. En todos los ámbitos competenciales como la vivienda, la convivencia, la seguridad, el espacio público, los servicios sociales, la igualdad, la digitalización, entre otros, las administraciones locales son responsables de los impactos sobre las personas, especialmente aquéllas más expuestas a la discriminación o la desigualdad.
Gdańsk: una ciudad que lleva los derechos humanos inscritos a su memoria
Gdańsk no es una ciudad cualquiera. Es un símbolo europeo. Aquí cayó la primera bomba de la Alemania nazi, iniciando la Segunda Guerra Mundial, y aquí también germinó décadas después el movimiento Solidarność, que contribuyó decisivamente a acabar con los totalitarismos de la Europa del Este y a abrir camino a la democracia europea él contemporánea.
El año 2019, la ciudad vivió otro episodio trágico con el asesinato de su alcalde, Pawe Adamowicz, durante un acto público, en medio de un clima de polarización extrema. La respuesta ciudadana masiva, bajo el lema “Detened el odio”, reafirmó el compromiso de Gdask con la defensa de los valores democráticos y la lucha contra los discursos del odio.
Hoy, Gdańsk se ha consolidado como una ciudad referente en derechos humanos y memoria democrática, con iniciativas locales que promueven participación diversa, políticas inclusivas y una cultura de derechos que resuena más allá de sus fronteras. Por eso, el diálogo Barcelona-Gdańsk es tan relevante: dos ciudades europeas que, cada una desde su historia, entiende que la batalla por los derechos humanos no es sólo institucional, sino profundamente cultural y política.



