¿Qué es la soledad?

¿Qué es la soledad?

05/02/2022 - 18:22

La soledad es un sentimiento que forma parte de la existencia humana; sin embargo, cuando este sentimiento se cronifica es cuando tenemos que prestar más atención, ya que puede tener repercusiones graves en nuestra salud, sin pasar por alto su asociación con la mortalidad.

Laura A. Rico Uribe reflexiona en este artículo sobre las repercusions que puede tener la soledad sobre la salud de las personas. Laura A. Rico Uribe es Doctora en Psicología Clínica y de la Salud, y también forma parte del Consejo Asesor Científico contra la Soledad (CACS).

¿QUÉ ES LA SOLEDAD?

La mayoría de nosotros tenemos una idea de cómo es sentirse solo (1).  A lo largo de nuestras vidas hemos pasado por episodios que nos generan este sentimiento, tales como vivir lejos de la familia, estar de erasmus en otra ciudad cambiar de lugar de residencia por motivos laborales o escolares, entre otros. La soledad es un sentimiento que forma parte de la existencia humana, sin embargo, cuando este sentimiento se cronifica es cuando tenemos que prestar más atención, ya que puede tener graves repercusiones en nuestra salud, sin pasar por alto su asociación con la mortalidad.

Desde la prehistoria hemos vivido en agrupaciones, las cuales nos han ayudado a sobrevivir, preservarnos, reproducirnos, cuidarnos los unos a los otros, hacer un reparto de tareas para un mejor desarrollo del grupo, dejar un legado. En otras palabras, somos miembros de una especie social, por lo cual la soledad, por largos periodos, puede generar cambios físicos y mentales que tienen repercusiones en nuestro estado de salud.

Un estudio científico publicado por Rico-Uribe y otros (2) donde se entrevistó a 10.800 adultos de España, Finlandia y Polonia, muestra que la soledad está relacionada con un peor estado de salud, y esta relación podría variar según la edad. Se observó que en los jóvenes el impacto de la soledad en la salud es más fuerte, es decir, podría tener una peor repercusión. Los autores comentan que esto podría ser debido a que la soledad en edades tempranas es menos esperada y los jóvenes pueden estar menos preparados para afrontarla que un adulto mayor, porque por la edad cronológica hay más probabilidad de vivir momentos vitales que los hagan más propensos a este sentimiento de soledad, por ejemplo, la viudez, la jubilación, poco a poco perder su entorno social o cambios de residencia a centros de cuidados. En cuanto a la diferencia entre países, Polonia fue donde más personas reportaron sentimientos de soledad, seguido por España y Finlandia. Esto puede deberse a características culturales, es decir, en los países más individualistas como los nórdicos se ha observado una baja expectativa en las interacciones y una baja probabilidad de decepcionarse en sus relaciones. Asimismo, los diferentes sistemas de salud, al igual que aspectos financieros y socioeconómicos, podrían jugar un importante papel en estos resultados.

Entrando más en detalle en los problemas de salud que pueden asociarse con la soledad, existe evidencia que muestra  alteraciones en la calidad del sueño y mayor hipervigilancia, inmunidad disminuida (3), problemas cardiovasculares, (4) depresión (5), síndrome metabólico (6), disminución del control de impulsos (7), alcoholismo (8), Alzheimer (9), deterioro cognitivo (10) u obesidad (11), entre otros.

Si analizamos más a fondo podemos observar que la soledad crónica también se relaciona con la mortalidad. Un estudio (12) que analizó todos los artículos publicados sobre soledad y mortalidad hasta el año 2016 sin restricciones de idioma ni de tiempo, encontró que la soledad es un factor de riesgo para la mortalidad tan preocupante y alarmante como la obesidad, y que esta relación es más fuerte en hombres que en mujeres. La variación por género se puede atribuir a diferentes razones, primeramente, las mujeres tienden a admitir más fácilmente sentimientos de soledad, y los hombres reconocen sentirse solos cuando la severidad y el impacto de estos sentimientos son mayores. Otra razón hace referencia a que la soledad está relacionada con la salud, y en ocasiones los hombres tienen actitudes negativas para acudir a los servicios de salud. También podemos decir que algunos estilos de vida poco saludables, por ejemplo, el consumo de tabaco y el alcohol, están asociados con la soledad, y estos son ligeramente más frecuentes en hombres que en mujeres.

Factores protectores y factores de riesgo para la soledad

Una vez conocidos los efectos de la soledad crónica, ¿cuáles son los factores que nos podrían proteger frente a la soledad?

Existen factores que pueden estar relacionados con un menor sentimiento de soledad, sin embargo, es importante tener en cuenta que estos factores podrían protegernos, pero mucho depende de nuestra percepción subjetiva sobre la satisfacción de nuestras relaciones con el entorno. Tales factores son (13): estar casado, vivir en compañía, nivel educativo alto, nivel socioeconómico medio-alto, frecuente contacto con miembros de nuestra red social y contar con una red social satisfactoria que proporcione soporte social.

Por el contrario, ¿qué factores podrían estar más vinculados con experimentar sentimientos de soledad?

Algunos de los factores que están asociados con el sentimiento de soledad son la discapacidad, insatisfacción con las circunstancias de vida, trabajo crónico o estrés social, pasar por eventos vitales y no sobreponerse, tales como conflictos familiares o maritales, divorcio, viudez, enfermedades crónicas, problemas mentales (depresión, ansiedad, demencia…), poca participación social, desarrollar un papel de cuidadores de personas mayores o personas enfermas, relaciones sociales poco satisfactorias, percepción meramente de relación utilitaria para otros, ser parte de los grupos minoritarios como inmigrantes o personas con diferente orientación sexual (homosexuales, lesbianas, bisexuales), los cuales tienden a experimentar más soledad que sus padres heterosexuales y no inmigrantes.

¿Qué hacer ante el sentimiento de soledad?

Un primer paso es reconocer qué es la soledad y saber cómo este sentimiento afecta a nuestra salud y a nuestro comportamiento, es decir, los costes. Es de gran relevancia tener en cuenta que la soledad es subjetiva, es un sentimiento que hace referencia a la calidad de las relaciones, no es algo objetivo determinado por el tamaño de nuestra red social.

Una forma de reforzar la calidad de nuestros vínculos sociales es tener relaciones de confianza y buscar tiempo para compartir momentos agradables. En otras palabras, ser selectivos con nuestras relaciones (14), buscar las que sean más significativas para nosotros y “regar” la relación con acciones que enriquezcan y refuercen la unión con ese contacto.

Asimismo, se recomienda hacer actividades en grupo donde se comparta el mismo objetivo en común, sean positivamente reforzantes y motivantes, por ejemplo, un voluntariado.

Por otro lado, cuando experimentamos soledad nuestro cerebro desarrolla procesos en los cuales las oportunidades de relacionarse se vuelven negativas, es decir, nos predisponemos al rechazo y esto a su vez genera conductas y actitudes que hacen que las personas de nuestro entorno se alejen. Un proceso similar sucede cuando nos sentimos incómodos o lastimados por alguien, en estas situaciones se sugiere, en lugar de alejarnos, hablar con la otra persona para expresarle nuestro sentimiento, y esto a su vez fortalecerá el vinculo, lo hará más duradero y nos sentiremos más cómodos con la relación.

Finalmente, es de gran ayuda desarrollar o mejorar nuestras habilidades sociales para facilitar la interacción con otras personas.

Todas estas recomendaciones van de la mano de la búsqueda de atención profesional, ya que es de gran utilidad dejarnos guiar por ellos y por sus consejos profesionales.

¿Es heredable este sentimiento?

Con los estudios científicos de que disponemos actualmente, podemos decir que la forma en que nos relacionamos, es decir, nuestro comportamiento, podría producir cambios genéticos, ya que eventos ambientales tales como el sentimiento de soledad alteran la biología inflamatoria (15), que está implicada en hacer frente a las agresiones o amenazas percibidas por la persona.

En esta línea, desafortunadamente se desconoce si estos cambios genéticos pueden ser transferibles de generación a generación. Aún se requiere más investigación que estudie este sentimiento, ya que hoy en día existe disparidad entre los hallazgos.

Aún nos falta mucho por descubrir y concluir, el gran salto que hemos dado como sociedad es centrar la atención en un aspecto tan relevante como el sentimiento de soledad y sus efectos en la salud. Más estudios y políticas enfocados a este campo son necesarios para mejorar nuestra calidad de vida.

Ayuntamiento de BarcelonaÁrea de Derechos Sociales, Educación y Ciclos de VidaContactaAviso legal Accessibilidad