Barcelona ha acogido una Academia para reforzar la acción climática inclusiva

20/05/2022 - 09:33 h

En el marco de la red C40, Barcelona ha liderado un grupo de seis ciudades (Varsovia, Seattle, París, Londres, Buenos Aires y Salvador de Bahía) para intercambiar experiencias sobre la lucha contra la pobreza energética, la participación de grupos vulnerables en una transición energética justa y la construcción de resiliencia comunitaria ante las temperaturas extremas. Los pasados 16, 17 y 18 de mayo, Barcelona ha acogido la ICA Academy con este grupo de ciudades para profundizar en estos retos y compartir las mejores prácticas de Barcelona.

La Academia se ha abierto con la bienvenida del concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, y también ha contado con la intervención de la directora de la Oficina de Cambio Climático y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Irma Ventayol. Las presentaciones de los representantes de las diferentes ciudades se han centrado en proyectos e iniciativas para afrontar la pobreza energética y pasar de la acción global a la acción local.

El segundo día, los participantes han podido visitar un proyecto de rehabilitación de una finca de alta complejidad en el Bon Pastor y aprender sobre el Plan de Barrios. Durante el resto de la jornada, las ciudades han compartido diferentes experiencias sobre cómo dar apoyo en la transición energética a las comunidades en riesgo.

El tercer y último día de la Academia, la temática central ha sido la transición energética justa y la construcción de la resiliencia de la comunidad ante las crisis. Los participantes han visitado una escuela refugio (Els Llorers) y la supermanzana de Sant Antoni.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona, además de la Oficina de Cambio Climático y Sostenibilidad, han participado también en la Academia representantes de la Agencia de Energía de Barcelona, del Departamento de Resiliencia, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona y de Derechos Sociales.

Así, en este encuentro, los representantes de las diferentes ciudades han tenido la oportunidad de ver de primera mano los proyectos y programas que la ciudad de Barcelona ha implementado, cómo son la red de espacios de refugio climático, el trabajo con profesionales del servicio de atención domiciliaria, el trabajo con los puntos de asesoramiento energético, la mejora del confort térmico en residencias de personas mayores, proyectos de salud y clima, de fomento de las energías renovables en la ciudad, etc.

Los representantes de las diferentes ciudades han participado en el intercambio de conocimientos y han reforzado sus habilidades técnicas mediante el trabajo en grupo y la escucha de otros expertos técnicos de las diferentes ciudades.

Los participantes han salido de esta Academia inspirados con nuevas ideas sobre su capacidad y su papel a la hora de desarrollar transiciones energéticas justas a nivel local y contribuir a construir la resiliencia de sus comunidades ante las crisis.

 Barcelona y la red C40

El mes de julio de 2021, la Alcaldesa Ada Colau fue nombrada vicepresidenta europea de la comisión directiva de la C40. La C40 es una red formada por casi 100 ciudades enfocada en la lucha contra el cambio climático y en dirigir acciones urbanas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y los riesgos climáticos, mejorando la salud, el bienestar y las oportunidades económicas de los ciudadanos.

Los municipios miembros de la C40 representan a 700 millones de personas y una cuarta parte de la economía mundial. El liderazgo de Barcelona ante la crisis climática se vio confirmado con esta designación, que reforzaba el papel que la capital catalana está jugando en el ámbito internacional. A través de la colaboración y la innovación, los alcaldes y alcaldesas de las ciudades de la C40 tienen la determinación de cumplir con los Acuerdos de París suscritos por los estados en 2015: limitar el calentamiento global del planeta y construir comunidades saludables, equitativas y con mayor resiliencia.

La colaboración con la red C40, a través del proyecto piloto del Global Green New Deal en Barcelona, tiene como objetivo contribuir a mejorar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de las personas ante el cambio climático, entendida como aquella condición que hace que determinados colectivos sean menos capaces de adaptarse a los efectos del cambio climático, ya sea por su estatus socioeconómico (ingresos familiares, condiciones de vivienda, realización de actividades físicas intensas en la calle), condición (género, edad, soledad) o salud (personas con autonomía limitada, con enfermedades crónicas, etc.), abordando los retos de la pobreza energética y el confort térmico inadecuado en los hogares.

Barcelona ha liderado un grupo de seis ciudades (Varsovia, Seattle, París, Londres, Buenos Aires y Salvador) para intercambiar experiencias sobre la lucha contra la pobreza energética, la participación de grupos vulnerables en una transición energética justa y la construcción de resiliencia comunitaria ante las temperaturas extremas. En mayo de 2022, Barcelona ha acogido la ICA Academy con este grupo de ciudades para profundizar en estos retos y compartir las mejores prácticas de Barcelona.

La Academia por una acción climática inclusiva

En 2021, en el marco de la red C40, se inició un trabajo colaborativo entre las ciudades de Barcelona, Varsovia, Buenos Aires, Londres, Salvador, París y Seattle, un trabajo que ha culminado los días 16, 17 y 18 de mayo en un encuentro presencial en Barcelona.

Esta colaboración, desde sus inicios, ha implicado la participación activa en sesiones de intercambio de conocimiento entre las siete ciudades. Los temas tratados durante estas sesiones de intercambio de conocimiento han incluido temas diversos como dar apoyo a las comunidades más vulnerables y las de primera línea, satisfacer sus demandas energéticas, realizar la transición a fuentes de combustible más limpias y construir la resiliencia ante las temperaturas extremas de invierno y verano.

Barcelona afronta la emergencia climática

Ante un reto como la emergencia climática, Barcelona toma medidas para mitigar las emisiones, pero también para adaptarse a todos los efectos que la ciudad ya sufre y que sufrirá cada vez más. Así pues, Barcelona se convierte en una ciudad proactiva que afronta el cambio climático de una manera integral, que asume la responsabilidad de su contribución al fenómeno, que sabe ver oportunidades en las dificultades y que se adapta con inteligencia a las nuevas condiciones climáticas, y todo ello genera cobeneficios para las personas y la actividad socioeconómica.

En este sentido, en Barcelona tenemos un plan ambicioso. El Plan de Acción por la Emergencia Climática de Barcelona establece un objetivo de reducción de emisiones del 50 % en 2030 respecto de los valores de 1992. Este objetivo intermedio tiene que permitir romper la dinámica actual de consumos y emisiones y llegar al año 2050 con valores de neutralidad. Otros objetivos que se incorporan son eliminar totalmente la pobreza energética, incrementar por cinco las instalaciones de generación solar y rehabilitar más del 20 % de los edificios de más de 40 años.

Este plan pretende ser una visión integradora de las medidas para afrontar el cambio climático que permita alcanzar los objetivos del nuevo Pacto de Alcaldes y Alcaldesas por la Energía y el Clima que firmó el Ayuntamiento de Barcelona.

Justicia climática

La pobreza y la desigualdad reducen la capacidad humana para afrontar el cambio climático, ya que la mayoría de las opciones de adaptación dependen de los recursos. Las sequías, inundaciones, olas de calor y otras consecuencias del cambio climático afectan más a quienes menos capacidad tienen de anticiparse a los riesgos y de recuperarse, posteriormente, de los daños.

El cambio climático es injusto, también en Barcelona. La población de Barcelona es especialmente vulnerable ante el cambio climático, vista su ubicación geográfica en el Mediterráneo, por tener una población muy envejecida y un porcentaje muy alto de personas en situación de pobreza energética. Por eso, aparte de abordar la reducción de emisiones, es necesario implementar medidas de adaptación y justicia climática. Los retos para afrontar el cambio climático no solo pasan por proteger y restaurar los ecosistemas, cambiar las fuentes energéticas y adaptar las actividades económicas para reducir su impacto en el medio. Pasan también por fortalecer la justicia social, reducir la desigualdad y la pobreza y garantizar medios de vida dignos para toda la población.

Impactos desiguales del cambio climático en Barcelona

El cambio climático afecta a la salud y la calidad de vida, pero no afecta a todo el mundo de la misma manera. Factores como el estado físico, la salud, la edad, el género, la situación socioeconómica o las condiciones de los entornos donde vivimos y trabajamos condicionan el posible grado de afectación del cambio climático sobre las personas.

Los impactos del cambio climático también varían según el distrito de la ciudad, ya que dependen de factores como el estado de los edificios, la presencia y el tipo de vegetación, el porcentaje de superficies impermeables, la densidad urbana, la dispersión de fuentes de calor y las condiciones socioeconómicas. En Barcelona, las temperaturas diurnas más altas se registran en Les Corts, L’Eixample Esquerra, Nou Barris y Ciutat Vella, mientras que las zonas con las temperaturas más bajas se encuentran cerca de la costa, gracias al efecto regulador del mar. No obstante, por la noche la situación se invierte, registrándose las temperaturas más altas en la costa.

Las olas de calor y las temperaturas extremas tienen efectos negativos sobre la salud de las personas y, sobre todo, sobre los colectivos más vulnerables a sufrir las consecuencias de las altas temperaturas, como: personas con enfermedades crónicas; personas con problemas de salud como enfermedades respiratorias, asma, etc.; personas que toman medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central; mujeres embarazadas; personas con discapacidad física y/o psíquica que tengan movilidad limitada y poca capacidad de autocuidado; personas mayores; bebés y niños; personas que viven en condiciones sociales precarias, y personal laboral continuamente expuesto al sol, entre otros. De esta forma, reducir el riesgo de calor, especialmente para los grupos más vulnerables, se convierte en un importante reto de salud pública y justicia climática.

Por otra parte, en Barcelona, se estima que el 24 % de los hogares están en riesgo de pobreza energética, especialmente en los distritos desfavorecidos de la ciudad, donde hay un alto porcentaje de personas en riesgo de exclusión residencial, además de una mayor proporción de paro y viviendas de baja calidad e ineficientes. Según la Agencia de Salud Pública de Barcelona, la pobreza energética afecta más a las mujeres y las personas nacidas en países con nivel de renta medio-bajo. En cuanto a la distribución territorial, la pobreza energética es más presente en los distritos de Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Nou Barris.

Acciones climáticas inclusivas implementadas en la ciudad

Con el objetivo de mejorar la resiliencia de la ciudad y especialmente de las comunidades más vulnerables al cambio climático, desde el Ayuntamiento de Barcelona se trabaja para garantizar la continuidad de los servicios y el acceso universal a los servicios básicos, garantizar el confort térmico tanto en el interior de los edificios como en el espacio público y mejorar y adaptar los servicios a las personas más vulnerables.

  • Red de espacios de refugio climático

La Red de espacios de refugio climático pone a disposición de la ciudadanía diferentes equipamientos municipales y espacios verdes que permiten a la población refugiarse de las altas temperaturas.

Estos equipamientos (que mantienen su actividad ordinaria) pueden ser interiores, como bibliotecas, centros deportivos, centros cívicos, escuelas, etc., y espacios verdes, como parques urbanos con un cierto grado de predominio de la vegetación y elementos acuáticos. Todos estos equipamientos son accesibles para personas con movilidad reducida y disponen de agua y un lugar para sentarse. Más información, en el sitio web de la Red.

  • Formación en pobreza energética y resiliencia climática para personas que cuidan a personas

Hemos diseñado una formación especifica para personas proveedoras de cuidados y atención domiciliaria para promover los conocimientos y habilidades para identificar situaciones de pobreza energética escondida y confort térmico inadecuado en los hogares de personas dependientes. De esta forma, las personas proveedoras de cuidados y atención domiciliaria pueden actuar directamente o derivar a las personas que atienden a servicios como los puntos de asesoramiento energético (PAE). Las profesionales del Servicio de Atención Domiciliaria y Vila Veïna y las personas voluntarias de programas como Radars han podido participar.

Asimismo, se ha elaborado una guía de facilitación dirigida a las entidades proveedoras de cuidados para que puedan replicar la formación con sus equipos de profesionales y personas voluntarias.

Además, estos tres vídeos, dirigidos tanto a las personas que ofrecen cuidados como a las que los reciben, resumen las ideas clave del contenido de la formación.

  • Refuerzo de los puntos de asesoramiento energético

Barcelona dispone de puntos de asesoramiento energético (PAE) distribuidos por todos los distritos, donde se ofrece al conjunto de la población información sobre cómo reducir las facturas, mejorar la eficiencia energética de los hogares y sobre las ayudas disponibles con esta finalidad o para la incorporación de instalaciones de energía solar en los edificios. En algunos casos se interviene para evitar los cortes de suministro de servicios básicos.

Desde la Oficina de Cambio Climático y Sostenibilidad se ha desarrollado una formación para fortalecer los PAE para que puedan ofrecer información y asesoramiento a las personas usuarias sobre los siguientes temas relacionados con el cambio climático:

    • Cubiertas productivas (cubiertas verdes, agrícolas, aljibe, energéticas)
    • Rehabilitación de viviendas (eficiencia energética)
    • Prevención de riesgos para la salud relacionados con el calor
  • Diagnosis del confort térmico en las residencias de personas mayores y personas con discapacidad

Barcelona es una ciudad muy envejecida (el 21,3 % de la población tiene más de 65 años), y la personas mayores son más vulnerables a los efectos inducidos por el clima, ya que tienen más probabilidad de sufrir enfermedades crónicas y una capacidad limitada de adaptar sus comportamientos y/o ambientes rápidamente para mantenerse frescas.

Las personas mayores que viven en las residencias también pueden verse afectadas durante los episodios de calor. Teniendo en cuenta que las personas mayores pasan gran parte de su tiempo en el interior de los edificios, su exposición al calor se rige en gran parte por el entorno interior. En el caso de edificios mal diseñados, una gestión térmica ineficaz y las necesidades y preferencias divergentes entre el personal y los residentes pueden contribuir a aumentar la exposición al calor, con consecuencias perjudiciales en la salud de los residentes más vulnerables.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona, con la colaboración de la Generalitat de Catalunya, se ha iniciado una línea de trabajo que tiene por objeto conocer la realidad actual de estos espacios con respecto al confort térmico.