Más allá del límite de la Dreta de l’Eixample, en la parte alta, se encuentra el barrio de la Sagrada Família, que antes se conocía como el Poblet. El Poblet era un vecindario que durante muchos años se había reducido a campos con un pequeño núcleo de casas bajas situadas en torno a la actual calle de València. No llegó a tener una cierta entidad hasta los primeros años del siglo XX, como barrio obrero al entorno de muchas industrias.

Lo que hoy le da personalidad es el templo de la Sagrada Família. Fue encargado como templo expiatorio y se proyectó en 1881 en unos terrenos del término de Sant Martí, cuando a su alrededor todo era campo. El proyecto se asignó inicialmente al arquitecto Francesc de Paula Villar y lo continuó un arquitecto joven, entonces poco conocido, llamado Antoni Gaudí, que se hizo cargo de las obras cuando justo se empezaba a construir la cripta de estilo neogótico. Actualmente, el templo es la obra de Gaudí más conocida en todo el mundo y el lugar más visitado por los turistas de la ciudad.

La avenida de Gaudí atraviesa el barrio, uniendo la Sagrada Família con otra obra primordial del modernismo catalán: el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Lluís Domènech i Montaner. Ambos edificios han sido declarados patrimonio de la humanidad por la Unesco.

El barrio de la Sagrada Família incluye, en su extremo inferior, el vecindario de los Encants, con el popular mercado feria de Bellcaire o Encants. Esta zona se verá transformada en un futuro próximo por la remodelación que afectará a todo el entorno de la plaza de las Glòries.