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La Sagrada Família, un encanto modernista
Más allá de la Dreta de l’Eixample, en la parte alta, junto a los distritos de Gràcia, Horta-Guinardó y Sant Martí, está el barrio de Sagrada Família. Se trata de un espacio denso que conserva una veintena de pasajes, muchos de los cuales son calles sin salida, con casas pequeñas y talleres. Estos rincones son fruto del pasado industrial del barrio, que contrasta con la manera de vivir actual, que se caracteriza por la gran afluencia de turistas que van a visitar el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia.
Parte alta de la avenida de Gaudí con el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau al fondo.
Este edificio religioso, todavía en construcción, es fruto del diseño que proyectó Antoni Gaudí, a finales del siglo XIX, cuando tomó el relevo del proyecto inicial del arquitecto Francesc de Paula del Villar, con una idea mucho más ambiciosa. Gaudí ideó una basílica con dieciocho torres de gran altura y una colosal, dedicada a Jesús, que tiene que llegar a más 170 metros de altura.
Hoy en día, es el principal polo de atracción turístico del barrio y gran parte de la actividad comercial se despliega a su alrededor, en la plaza de la Sagrada Família y la de Gaudí. Esta imagen, sin embargo, es muy diferente a la de finales del siglo XIX, cuando una incipiente Sagrada Familia aparecía solitaria, rodeada de campos y pequeñas casas aisladas.
Orígenes fabriles
Unos años antes de la construcción del Templo de la Sagrada Familia, en 1883, el barrio era conocido como el Poblet y formaba parte de Sant Martí de Provençals, uno de los nueve municipios del llano de Barcelona. Según explica la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Sagrada Família, los orígenes se sitúan en 1876, cuando “un grupo de casas configuraban el primer pasaje, el de Gaiolà, de donde salían las cabras que paseaban por los descampados”.
De esta primera época también destacan otros pasajes como el de Maiol y de Vilaret, nombres que correspondían a los antiguos propietarios de los terrenos. En 1897, sin embargo, la capital catalana absorbió Sant Martí de Provençals. Es a partir de entonces, y hasta mediados del siglo XX, que se industrializó buena parte del barrio con diferentes tipos de fábricas (de perfumes, plásticos, cervezas, etc.). De estas fábricas actualmente destacan el edificio de la Antigua Fàbrica Damm, donde tienen lugar exposiciones y conciertos, y la fachada de estilo art déco de la fábrica de perfumes Myrurgia.
Antigua Fàbrica Damm.
Fàbrica Myrurgia.
Bellezas modernistas y otros atractivos
La Sagrada Família está llena de encanto. La avenida de Gaudí, que atraviesa la parte alta del barrio, esconde farolas modernistas diseñadas por Pere Falqués y conecta dos obras primordiales del modernismo declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: el Templo de la Sagrada Familia, que forma parte del barrio, con el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, que pertenece al Guinardó.
El barrio también tiene el mural Balcones de Barcelona, una obra de 1992 que se encuentra en la pared de un edificio situado entre la plaza de Pablo Neruda y la calle de los Enamorats. Se trata de un mural que representa la fachada de un edificio con balcones, en los cuales hay personajes del mundo de la cultura como Pompeu Fabra, Mercè Rodoreda o Àngel Guimerà. Al mismo tiempo, el mural destaca porque tiene “el Sant Jordi más grande de Barcelona en la calle de Los Castillejos, 234”, tal como lo explica la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Sagrada Família, que también señala el placer de pasear por los pasajes “de Torres, León y Pau Hernández”.
Una de las farolas de Pere Falqués de la avenida de Gaudí.
Parte alta de la avenida de Gaudí con el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau al fondo.
Vida asociativa y festiva
“Sentirte como en casa es lo que hace más especial el barrio”. La Coordinadora de Entidades es un espacio de encuentro de todas las asociaciones que vela por "crear alianzas y dinamizar el espacio público", dice Pol Rojas.
Desde la asociación Hèlia Dones, de apoyo a las mujeres que sufren violencia de género, dicen que hay una red vecinal importante. Destacan sus proyectos, en los que se inscriben mujeres del barrio que quieren dar “apoyo emocional y acompañamiento a las mujeres que han sufrido violencia de género”, explica Montse Vilà, la coordinadora de la asociación. Asimismo, trabajan conjuntamente con la Xarxa Dos Deu y la Coordinadora de Entidades para crear un “protocolo por un barrio sin violencia machista”.
Albert Rodrigo, miembro de la Asociación Fal·lera Gegantera Sagrada Família, explica que siempre participan en todas las festividades que se celebran en la zona. Los gigantes, además, simbolizan a dos personajes característicos del antiguo barrio del Poblet. “Pere, el Home dels Coloms, representa a un indigente que iba con un carro y se dedicaba a adiestrar palomas, por eso lleva una anilla a la mano. Y Pepa, con un delantal y un pescado en la mano, representa a la gente del mercado.”
Rodrigo añade que lo que más le gusta es que sea un “barrio muy familiar, muy abierto, que convive con los turistas: es una mezcla entre el turismo y la gente vecina”. Sin embargo, las diferentes asociaciones coinciden al decir que los visitantes se concentran sobre todo en el Templo de la Sagrada Familia, y que el resto del barrio es una zona donde todavía se mantiene el espíritu de barrio.
Els gegants.
“Sentir-te a casa és el que fa més especial el barri”
Pol Rojas, de la Coordinadora d’Entitats del Barri de la Sagrada Família