Este febrero el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha dos campañas de proximidad para mejorar la gestión de residuos en la ciudad. Por una parte, un año más, un equipo de información ambiental formado por ocho personas ha vuelto a las calles de la ciudad para concienciar a la ciudadanía de la importancia de reducir la generación de residuos y separar correctamente todas las fracciones en los hogares. Por otra parte, otro equipo de trece informadores e informadoras recorrerá hasta diciembre la ciudad para detectar malas praxis en la gestión de los residuos comerciales y reconducirlas mediante visitas a los establecimientos.
Ciudadanía y comercios corresponsables
La campaña de sensibilización ciudadana, que este año llega a su quinta edición, estará presente durante todo el año en los 73 barrios de la ciudad con varias acciones basadas en la información y el refuerzo de las buenas prácticas de gestión de residuos. Los mensajes de la campaña ponen el foco en el coste económico y ambiental de gestionar mal los residuos.
El objetivo es incidir en la corresponsabilidad y el compromiso de toda la ciudadanía y promover la prevención de los residuos evitables, el reciclaje de todas las fracciones, el uso de los puntos verdes, la eliminación de plásticos de un solo uso y el fomento de la economía circular.
El equipo de la campaña realizará acciones de sensibilización y encuestas temáticas para abordar cada uno de estos temas. Entre las novedades de la edición de este año destaca la incorporación de realidad virtual y otras herramientas digitales para interpelar a la ciudadanía garantizando todas las medidas de seguridad sanitaria.
Paralelamente, los informadores e informadoras de la campaña dirigida al comercio visitarán los establecimientos para mejorar la gestión de los residuos comerciales y detectar las causas que condicionan los puntos críticos de la ciudad en este ámbito. Los objetivos de esta campaña son observar los problemas de cada barrio, estar presentes en los órganos de participación de los distritos y elaborar planes de acción específicos para los puntos más problemáticos con el fin de eliminarlos.
No reciclar nos sale muy caro
Con estas acciones de proximidad el Ayuntamiento de Barcelona trabaja para generar un cambio de hábitos en la ciudadanía y mejorar las cifras de la recogida selectiva en la ciudad, que están estancadas desde hace años en torno a un 38 %, lejos del 55 % que marca la Unión Europea para el año 2025.
Los argumentos son bien claros. Separar bien los residuos en cada fracción abarata los costes económicos globales de la gestión de residuos que recaen en los municipios y repercuten en la economía de todo el mundo. Concretamente, si en Barcelona alcanzáramos el 70 % de recogida selectiva, el coste de gestión bajaría en 56 euros por hogar al año.
Además del coste económico, depositar todos los residuos mezclados en la fracción de rechazo significa malbaratar recursos naturales, incrementar el uso de la energía y aumentar las emisiones causantes de la emergencia climática. Actualmente, el tratamiento de residuos municipales es el responsable de más del 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la ciudad de Barcelona.
Un cambio de modelo de gestión de residuos para avanzar hacia la economía circular
Las dos campañas se enmarcan en el cambio de modelo de gestión de residuos que promueve el Ayuntamiento de Barcelona para alcanzar los objetivos europeos de recogida selectiva, tender hacia el residuo cero y avanzar hacia la economía circular. Este cambio se está materializando con la ampliación de la recogida puerta a puerta, la próxima contrata de residuos y la nueva tasa de residuos, pero al mismo tiempo requiere de la implicación y participación activa de toda la ciudadanía.
Así pues, el objetivo es comunicar el gran coste económico, ambiental y sobre la salud que supone la gestión de los residuos generados y difundir el cambio de paradigma del nuevo modelo: los residuos de un proceso son recursos de otro proceso.