ENTRE DENTRO Y FUERA. LOS ESPACIOS HABLAN, LOS ESPACIOS INVITAN

En la escuela el espacio se presenta como uno de los pilares fundamentales en la educación de los niños. El equipo reflexiona continuamente entorno a la organización, la preparación y el cuidado de los espacios, a partir del concepto de niño competente, como protagonista de sus procesos de desarrollo, crecimiento y aprendizaje; y de las necesidades e intereses de los niños.

Nuestra meta principal es brindar espacios donde los niños se sientan seguros y acompañados, y así, bajo la mirada paciente del adulto, el niño podrá descubrir, disfrutar y crecer. El diseño de los espacios y las propuestas, está pensado respetando los diferentes ritmos de aprendizaje y fomentando la autonomía. Creemos en el hecho de eliminar barreras que limitan la autonomía, el movimiento y la circulación de los niños por los espacios de la escuela.

La escuela ofrece diversos espacios enriquecedores. Espacios de juego, de literatura, de movimiento ...; de cuidado e higiene, de descanso ... todos con un valor educativo muy preciado en esta etapa educativa. Y ligados a los diversos proyectos educativos de nuestra escuela. Se trata de los diferentes escenarios donde se desarrolla la vida en la escuela, donde compartimos el desarrollo y crecimiento de sus criaturas.

Dentro de la escuela, encontramos la sala de usos múltiples (SUM). Uno de los espacios vertebradores de la escuela, espacio de vida en común. Un espacio luminoso y amplio, que por sus características favorece diferentes tipos de propuestas y relaciones, según el momento del día, el material y los participantes implicados. Un espacio donde se encuentran niños, familias y educadoras; donde se plantean propuestas de psicomotricidad para experimentar con el propio cuerpo, desde el respeto del movimiento libre y espontáneo del niño (Proyecto cuerpo y movimiento y psicomotricidad); donde disfrutar de propuestas audiovisuales, de conciertos y de espectáculos; y últimamente con propuestas de la pedagogía de ambientes fijas. Allí mismo, encontramos el aula taller, un espacio dedicado a la expresión plástica, la creatividad y la experimentación, con desdoblamiento de grupos.

Por los pasillos, se distribuyen las estancias, las cuales tienen acceso directo al jardín y se comunican entre ellas, facilitando la relación entre los niños. Las estancias, son un espacio acogedor, donde surgen los primeros aprendizajes y relaciones de la escuela.

Y finalmente, el jardín, uno de los espacios más relevantes de la escuela, que se plantea como un lugar privilegiado para el juego y el descubrimiento. De hecho, fruto de la observación y la reflexión, hace años, como equipo consideramos la necesidad de iniciar un proceso de transformación en el espacio exterior de la escuela, destacando los valores y recursos que un jardín puede ofrecer. El espacio exterior, forma parte del proyecto educativo de la escuela. Se trata de un espacio que contribuye a satisfacer una de las necesidades más presentes en la etapa 0-3, la necesidad de movimiento natural y libre, una opción más para poner a prueba las habilidades motrices de los niños. Pero, no solo es así, sino que se trata de un lugar rico en experiencias sensoriales, promotor de la curiosidad y la observación de fenómenos y cambios, favorecedor de las relaciones, repleto de retos, un espacio que acerca a los niños a la naturaleza y sensibiliza ... en definitiva, el jardín integra diferentes espacios verdes con espacios de juego, tales como un arenal, distribuido en diferentes desniveles; un tobogán por donde deslizarse; bancos y sombras, para sentarse a contemplar; y un espacio delimitado, tratado con mucho mimo, destinado a los más pequeños de la escuela.

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