¿Qué es el presupuesto ejecutivo?
El Presupuesto Ejecutivo es un sistema presupuestario que tiene por objeto vincular la asignación y la gestión de los recursos presupuestarios con la estrategia (prioridades y resultados deseados) del Ayuntamiento. En este sentido, este sistema presupuestario pretende avanzar hacia la toma de decisiones y gestión de los recursos públicos, que se basa en el cumplimiento de la estrategia municipal. El Presupuesto Ejecutivo tiene las funciones que se muestran en el gráfico situado en el lado derecho de esta página:
En el Presupuesto Ejecutivo, los nexos de unión entre la estrategia y el presupuesto son los programas presupuestarios, los que se definen como aquellos conjuntos de bienes, servicios y actuaciones que tienen como objetivo conseguir unos resultados concretos en términos de beneficio para la ciudadanía. Los programas se desglosan en subprogramas, que se convierten en el nivel mínimo de presupuestación y que suponen líneas de actuación o de prestación de bienes y servicios diferenciadas dentro de los programas.
Los programas, al ser dotaciones presupuestarias para realizar una serie de bienes, servicios y actuaciones con el fin de cumplir unas finalidades o resultados determinados, permiten una ordenación estratégica de los recursos presupuestarios. Esta ordenación estratégica posibilita que el presupuesto se estructure en términos estratégicos y facilita la toma de decisiones presupuestarias estratégicas, tanto con respecto a la asignación de recursos como para el seguimiento presupuestario y el rendimiento de cuentas. Al definirse en niveles estratégicos relativamente similares, se permite una vinculación o asociación entre los objetivos definidos en el Programa de Actuación Municipal (PAM) y los programas presupuestarios.
El Presupuesto Ejecutivo supone orientar las diferentes fases del ciclo presupuestario al cumplimiento de los objetivos de eficiencia en cuanto a la asignación de los recursos públicos (asignación de recursos según prioridades y resultados) y eficiencia y eficacia en el uso de estos recursos, es decir, obtener los resultados deseados de la forma más económica (con el menor coste) y efectiva posible. Esto se traduce, en las tres principales fases del ciclo presupuestario, en lo siguiente:
- Elaboración y aprobación del presupuesto: las prioridades definidas y los principales resultados por obtener suponen el criterio principal para la toma de decisiones de asignación de recursos hacia los diferentes programas, bienes y servicios y actuaciones.
- Ejecución del presupuesto: la ejecución del presupuesto por programas se realiza tanto en términos de realización del gasto como con respecto al cumplimiento de resultados, donde mediante procesos de seguimiento y control se trata de detectar y resolver posibles desviaciones.
- Liquidación del presupuesto: una vez finalizado el ejercicio, se informa de los resultados obtenidos por los programas y se analiza el correspondiente grado de cumplimiento y sus causas, con la finalidad de mejorar los resultados de estos.