Las fábricas de creación son espacios reservados para la experimentación, el intercambio, el diálogo e incluso el equívoco y la duda como partes indispensables de un proceso creativo necesario en toda disciplina artística.
Fábricas de Creación es un programa municipal basado en la transformación de antiguos edificios industriales en desuso para convertirlos en nuevos espacios destinados a la cultura y la expresión artística.
Cada fábrica es un mundo en el que se respira un carácter único y singular. A pesar de esta diversidad, todas ellas son equipamientos dedicados a la atención, el acompañamiento y el apoyo a la creación y la experimentación artística. Disponen de espacios y recursos para garantizar unas condiciones básicas de trabajo a lo largo del proceso creativo. Además, ofrecen la posibilidad de difundir y exponer los proyectos realizados y facilitan su inserción en el panorama artístico y cultural de la ciudad.
La misión de cada uno de estos centros de creación es ser capaz de atender y escuchar a cada uno de los proyectos que acoge para establecer un diálogo. Se trata de un espacio en el que la duda creativa no solo está permitida, sino que se fomenta. El conflicto que genera este intercambio nacido fruto del diálogo es necesario para poder llevar a cabo el proceso de creación. Por lo tanto, las Fábricas de Creación garantizan un espacio alejado de las presiones de la industria, los medios de comunicación y el mercado sin perder nunca de vista el rigor, la exigencia y la calidad de los proyectos.
Las Fábricas de Creación actúan, por un lado, en cooperación con los diversos sectores culturales aportando ideas, proyectos y talento a la ciudad. Y, por otro lado, ofrecen herramientas y apoyo al trabajo de los y las artistas. De esta manera, se preserva y se da continuidad a la tradición artística que ha caracterizado siempre a Barcelona.
Hoy en día, la red Fábricas de Creación cuenta con once centros distribuidos por varios barrios de Barcelona. Un total de 30.000 m2 repartidos en antiguos edificios industriales han sido reconvertidos en espacios reservados para la creación y la innovación artística.
A pesar de que todos los equipamientos son de titularidad pública, cada uno actúa con un elevado nivel de autonomía. Excepto Fabra i Coats, gestionada directamente por el Instituto de Cultura de Barcelona, todas las demás Fábricas de Creación son gestionadas por entidades externas vinculadas a un ámbito artístico específico.
El proyecto está inspirado en una serie de iniciativas internacionales que han ido surgiendo desde finales de los años 90 del siglo pasado. El referente más evidente es el proyecto que gira alrededor de Trans Europe Halles, una red europea de centros culturales promovidos por ciudadanos y artistas en antiguas fábricas reutilizadas. Entre los más relevantes encontramos la Friche la Belle de Mai en Marsella, la Cable Factory en Helsinki o la ufaFabrik de Berlín, entre muchos otros.