El estudio ha estado realizado por Lucía Martínez Virto dentro de la serie Documento de Trabajo del VII Informe sobre Exclusión y y Desarrollo Social en España, editada por la Fundación FOESSA y Cáritas Española en 2014.
El objetivo de este estudio es conocer como han evolucionado las formes de gestión de la crisis y la capacidad de ayuda en las familias. El marco de referencia es el estado español en el año 2014.
La solidaridad familiar es, sin duda alguna, un potente recurso para aminorar las dificultades que la actual crisis económica ha generado, pero la extensión de estas dificultades ha podido debilitar este colchón tradicional y agente de integración ineludible.
Por diversas razones, una de cada cuatro familias no puede contar con este soporte cuando es necesario. Precisamente estos hogares se muestran especialmente vulnerables a desarrollar itinerarios de exclusión rápidos cuando el resto de mecanismos de protección social son insuficientes.
Por otra parte, las persones pensionistas han incrementado su papel benefactor porque las pensiones se han convertido para muchos hogares en los ingresos más estables (o únicos). La incidencia de estas persones como flotadores de la crisis se observa tanto por el número de hogares sustentados por una persona de más de 65 años como por su incremento de consumo.
Los datos continúan mostrando que la solidaridad familiar está activa pero la tendencia observada pone en evidencia un gradual agotamiento de estas unidades de protección primaria.