Las reformas del presidente turco comportaron una ruptura respecto al gobierno de la anterior etapa. Durante su mandato se sucedieron cambios políticos, económicos y sociales. En este contexto, las series filatélicas devienen excelentes medios publicitarios del nuevo sistema. Lo comprobamos.
Sello alegórico de la modernización turca, conmemorativo del décimo aniversario de la República de Turquía, 1933 Colección Ramón Marull
Mustafá Kemal Atatürk (1881-1938) fue el primer presidente de Turquía. Su gobierno ha sido valorado como una forma de “europeización” a la fuerza. Conocido como el padre de la Turquía moderna, las medidas aplicadas reformaron completamente la organización del país. Entre las más destacables figura la adopción del laicismo del estado, la implantación de una constitución, el cambio en el calendario gregoriano o la imposición de la vestimenta de estilo más europeo. Las medidas aplicadas levantaron voces contrarias a este intento de uniformización, la falta de sensibilidad hacia las tradiciones y los rasgos diferenciales de su cultura serían los principales argumentos
La educación y la cultura se convirtieron en herramientas claves para consolidar las reformas adaptadas. A continuación reflexionamos sobre algunos de los cambios más importantes.
En todo este proceso, el aspecto lingüístico tiene una gran relevancia. Atatürk fue el promotor de la introducción de un alfabeto latino modificado para poder escribir en turco. Este nuevo alfabeto reemplazaría al antiguo árabe (hasta conseguir abolir su uso). Esta reforma sería muy compleja, siendo necesaria la celebración de numerosos congresos y reuniones para decidir de qué manera se debería llevar a la práctica. Según se cuenta, el proceso de adaptación fue muy rápido y en cuestión de dos años la población alfabetizada pasó del 10% hasta el 70%.
La fotografía inferior una visita del presidente a la población de Kayseri, 1928. Al lado, un sello de la colección Ramon Marull que conmemora el décimo aniversario de la introducción del alfabeto latino. La serie filatélica comprende seis valores diferentes en colores verde, naranja, púrpura, rojo, marrón y azul. Todo ellos se encuentran digitalizados en el buscador de la colección.
El interés creciente por la historia autóctona supondría una gran inversión en estudios exhaustivos para conocer las culturas preislámicas, más allá de las selyúcidas y otomanas. Este esfuerzo por redescubrir los orígenes sería todo un revulsivo nacionalista. Entre las acciones dirigidas a la difusión del conocimiento destacamos un ejemplar emitido con motivo de la celebración del segundo Congreso Nacional de Historia.
Pero no sólo la educación vivió un fuerte auge, esta nueva etapa supuso una revolución sobre la manera de entender la cultura y el patrimonio. La apertura en 1927 del Museo de Arte de Turquía presentaría unas colecciones etnográficas y artísticas que ensalzarían la riqueza cultural turca. Cabe comentar que entre las piezas expuestas se mostrarían esculturas, despreciadas durante el Imperio otomano por el potencial riesgo de idolatría.
Esta sería la primera de una larga serie de intervenciones sobre el patrimonio cultural de la ciudad. Las acciones estarían dirigidas tanto a la puesta en valor de algunos edificios históricos caídos en desuso, así como el acondicionamiento de los más famosos. De hecho, una de las medidas más controvertidas que se adoptaron durante el período de reforma afectaron al templo de Santa Sofía, en Estambul.
Santa Sofía fue concebida originariamente como una basílica patriarcal ortodoxa, hasta mediados del siglo XV, cuando se convirtió en mezquita por orden de Mehmed II a raíz de la conquista de Constantinopla (1453). La llegada de la república de Atatürk forzó un nuevo cambio cuando en 1931 se procedió a su cierre y transformación en museo. El motivo de este cambio se relaciona con un nuevo plan estratégico del turismo. La aportación económica y dinamizadora del turismo convirtieron este sector en uno de los pilares del país, y que se mantiene hasta la actualidad.