El objetivo es reducir la siniestralidad vial, tanto en número de accidentes como de víctimas, y, más específicamente, prevenir y detectar el máximo número de personas conductoras que den un resultado positivo en los test y adoptar las medidas correctoras adecuadas.
Las conductas prioritarias de actuación son la conducción con una tasa de alcohol superior a la permitida o con presencia de drogas en el organismo, no someterse a las pruebas de detección cuando sea obligatorio y, en general, todas las que comporten situaciones de riesgo.
Con independencia de los equipos asignados específicamente a la campaña, todas las patrullas de servicio en la vía pública intensificarán la detección de conductas infractoras relacionadas con este objetivo.