Nuevos radares para reducir la velocidad de circulación, mejorar el cumplimiento de los límites y rebajar la siniestralidad y el número de heridos. Este año se instalarán 2 radares de tramo y 32 radares fijos, y se habilitarán una treintena de ubicaciones para radares pedagógicos rotatorios. La ampliación de los puntos de control ayudará a consolidar el modelo de ciudad 30, ya que se prevé que a finales de año el 75 % de las calles tengan un límite de velocidad de 30 km/h.
Los radares de tramo permiten calcular la velocidad media de un vehículo en un trayecto concreto, y este año se pondrán en funcionamiento dos:
- En marzo: en el túnel de la Rovira, en el tramo entre la plaza de Alfons el Savi y la rambla del Carmel.
- A lo largo del año: en el túnel de Badal, en el tramo entre la plaza de Cerdà y la avenida Diagonal.
Además, se instalarán 32 radares fijos, que permiten calcular la velocidad de un vehículo en un lugar concreto, en vías principales y calles 30 donde se ha detectado un número elevado de infracciones por exceso de velocidad.
También se prepararán una treintena de puntos repartidos por los diez distritos para ubicar radares pedagógicos de manera rotatoria. Estos paneles electrónicos informan de la velocidad de un vehículo y alertan si supera el límite de la vía, pero sin imponer sanciones.
Hacia una ciudad 30
A finales de año el 75 % de las calles tendrán un límite de velocidad de 30 km/h. Los objetivos son:
- Reducir el número de siniestros y su gravedad.
- Mejorar la convivencia en la calzada.
- Hacer un espacio público más amable.
La ampliación del número de radares en la ciudad ayudará a consolidar este modelo de ciudad 30 en el que se avanza.