Para mucha gente de Horta, la calle del Tajo siempre será la rambla de Horta, un paso natural del agua que, desde Collserola, iba a parar al mar.

El camino que iba de Barcelona a Horta (el paseo de Maragall) quedaba cortado a la altura de la rambla, y para cruzarla había que hacerlo a pie. Con el fin de ayudar a las personas que querían pasar a pie enjuto, el Ayuntamiento del pueblo pagaba a unos mozos. Finalmente, se construyó un puente sobre la rambla y, con la llegada del tranvía de vapor, se construyó a la altura del puente la estación de inicio y final de la línea. En 1888 se urbanizó el otro lado del puente y se abrió la calle del Progrés (Fulton), que dio continuidad al tranvía eléctrico hasta la plaza de Eivissa. Pero el Ayuntamiento de Barcelona no empezó a urbanizar la rambla como calle hasta 1940.

Autor: J. M. Contel

Pie de foto 1, antes: La rambla de Horta con el puente y el edificio de la estación del tranvía de vapor.

Pie de foto 2, ahora: La calle del Tajo y el paseo de Maragall, con el paso del tiempo, se han convertido en dos arterias importantes para el barrio.