La masía de Can Fargas, o masía Pujol, adquirida no hace mucho tiempo por el Ayuntamiento de Barcelona después de una larga reclamación de los vecinos, está situada entre las calles de Frederic Rahola y de Peris i Mencheta y el paseo de Maragall.

Construida a principios del siglo XIV y con añadidos del XV, tiene como eje central una torre románica, bastante bien conservada y que por sus características podría ser del siglo XI.

Con el paso de los siglos, la masía ha sido objeto de diferentes ampliaciones y transformaciones hasta llegar al estado en que se encuentra hoy en día. Con respecto a la propiedad, ya está documentada en el siglo XIII, y fue a partir del siglo XVIII cuando fue a parar a manos de Josep Maria Pujol i Pujol. Casado con Francesca March, tuvo bastantes hijos. El heredero, Josep Pujol i March, fue nombrado concejal del Ayuntamiento de Barcelona por el ejército francés de ocupación, en 1809. Restaurada la monarquía absoluta, fue a la cárcel y después fue desterrado fuera de España. Hizo testamento a favor de su hermana Francesca, viuda de Antoni de Casanovas i de Gerona.

La propiedad siguió pasando de mano a mano hasta llegar a las de Montserrat de Casanovas, que se casó con Pere Fargas; tras la muerte de su marido, en 1925, la viuda residió largas temporadas en esta masía que ya había sido rebautizada como Can Fargas. Con la muerte, en 1948, de Montserrat de Casanovas, la finca pasó a manos de su hijo Santiago, quien murió en 1955. Pasó entonces a su viuda, Margarita Wall, y después a manos de los hijos de su primer matrimonio. Finalmente, la masía fue vendida a la empresa Unicompta en 1997.

Autor: J. M. Contel

Foto: Imagen general de Can Fargas (Archivo JMC)