La ermita del Carmel, que ha dado nombre al barrio, fue construida por Miquel Viladoms en honor de la virgen del Carmen en los contrafuertes del Turó de Can Mora y cerca del Coll del Portell, confluencia, entonces, de los límites de Gràcia, Sant Martí y Horta, y lugar inhóspito hasta que se construyó la carretera, entre 1874 y 1881.

El 11 de abril de 1864 el obispo Pantaleó Montserrat la autorizó para el culto. Por razones testamentarias, el santuario pasó a depender de los rectores de Sant Joan de Gràcia y Sant Joan d'Horta, y este último era el que lo administraba. En una época determinada, el servicio y la custodia fueron a cargo de un sacristán laico, que también servía comida. Finalmente, la ermita pasó a depender de Horta y, a su lado, se levantó la iglesia de la Mare de Déu del Mont Carmel.

Autor: J. M. Contel

Pie de foto 1, antes: La ermita del Carmel a finales del siglo XIX.

Pie de foto 2, ahora: La naturaleza esconde la ermita.