Josep Gallart, impulsor de la construcción del Palau de les Heures, fue uno de aquellos emprendedores que hicieron fortuna en las Américas. Establecido en Puerto Rico, donde además de empresario fue diputado y senador, volvió a Barcelona cuando España perdió la isla, a finales del siglo XIX.

Creó la empresa La Casa de Vapores, embrión de La Hispano Suiza. Domiciliado en el pasaje de Méndez Vigo, primero, y después en la rambla de Catalunya, 10, como otros empresarios de la época se quiso hacer una residencia de veraneo fuera de la ciudad. Con este propósito compró, el 18 de octubre de 1893, una finca de cerca de treinta hectáreas donde estaba la vieja masía de Can Duran, en el valle de Horta.

La construcción de la nueva residencia fue encargada al arquitecto August Font i Carreras, amigo de la familia, que construyó, en medio de una gran terraza con balaustrada, un edificio de estilo château del mediodía francés, con cuatro torres redondas, rematadas por picos cónicos y rodeado por un amplio jardín. Josep Gallart pudo disfrutarla los veranos de 1896 y 1897, porque murió en julio de 1898, y su hijo Josep se hizo cargo de la finca.

Durante la Guerra Civil, el palacio, expropiado por la Generalitat, fue elegido como residencia por Azaña, quien no lo llegó a ocupar. Pero quien sí que residió allí con motivo de los bombardeos que sufrió Barcelona fue el presidente Lluís Companys. También, en esta etapa, Josep Gallart Folch, su propietario y uno de los catalanes que dieron apoyo a Franco, facilitó al general Kindelán una vista aérea de las Heures para que pudiera bombardear el palacio, pero esta acción fue desestimada.

Finalmente, el palacio fue abandonado, hasta que la Diputación de Barcelona, nueva propietaria, lo restauró y lo cedió a la Fundación Bosch i Gimpera de la Universidad de Barcelona.

Autor: J. M. Contel

Fotografía: El Palau de les Heures en la actualidad.