Hacia los años cincuenta, al lado de las chabolas de Francesc Alegre, en el distrito de Horta-Guinardó, la portera de una torre a medio construir denominada popularmente “la torre de la misa” empezó a cuidar de algunos niños del barrio mientras sus madres trabajaban.

En el año 1964, el asistente social conoció esta experiencia y, con la ayuda de entidades de tipo benéfico, acondicionó algunas dependencias de aquella torre medio acabada y se instaló un principio de jardín de infancia.

El local no tenía la infraestructura adecuada y en el año 1966 se trasladó, de manera provisional, a otra torre de la calle de Josep Ciurana.

En el curso 1967-68 se ubicó ya definitivamente en los locales cedidos por la parroquia de la Mare de Déu de Montserrat, en su mismo edificio.

A partir de ese momento, la escuela, que había surgido por iniciativa espontánea, pasó a ser un centro parroquial que acogía a niños y niñas hasta los 6 años.

En esta etapa, el jardín de infancia se fue perfilando ya como escuela y se denominó Institución Preescolar Montserrat.

Fue cobrando importancia el factor pedagógico y se creó un consejo directivo formado por representantes de las familias, la parroquia y el personal de la escuela.

En los años setenta la parroquia dejó de incidir en la gestión de la escuela y esta fue tomando la voluntad de ser pública. Participó desde los inicios en la Coordinadora de Jardines de Infancia de Barcelona.

En el año 1977 se creó el Patronato Municipal de Guarderías Infantiles de Barcelona y la escuela pasó a depender de él, en 1979, con el nombre de Escola Bressol Montserrat.

En el año 1992 la escuela se trasladó a las nuevas instalaciones que ocupa actualmente, en el distrito de Horta-Guinardó (calle de Gènova, 2 bis).

A partir de 1994, la escuela pasó a formar parte de la red de jardines de infancia del Instituto Municipal de Educación de Barcelona.

A lo largo de estos cincuenta años, la Escola Bressol Montserrat ha ido creciendo y evolucionando, y se ha adaptado a las nuevas realidades que se han ido produciendo y que, sin duda, han sido la hoja de ruta de la escuela para dar respuesta a las necesidades educativas de los niños y niñas y de sus familias. La escuela ha acumulado un bagaje de vivencias, experiencias y aprendizajes que han ido conformando el ideario sobre lo que tiene que ser la educación de la pequeña infancia y la atención a sus familias.