Cuando los merenderos estaban en decadencia, El Correo Catalán publicó, en 1971, un escrito sobre estos modestos espacios de restauración popular, donde destacaba que, ante la desaparición que los amenazaba, la Font d’en Fargues resistía:

[...] se mantiene heroicamente como en el caso de la Font d’en Fargas, aquella que inspiró la canción popular: Anant a la font d’en Fargas, vaig trobar el meu promès. Noies que voleu casar-vos, el provar no costa res”.

La canción no garantizaba el éxito, pero muchas parejas que se casaban en la ermita de Sant Antoni de Pàdua después iban a celebrarlo alrededor de esta fuente, que manaba en el Turó de la Rovira y que fue declarada de utilidad pública en 1919. Durante muchos años, este fue un lugar de encuentro y de reuniones populares.

Autor: J. M. Contel

Pie de foto 1, antes: Una imagen de antaño de una fuente donde se puede leer el año 1900 en la propia piedra.

Pie de foto 2, ahora: Adaptado hace más de treinta años como restaurante, todavía mantiene parte del entorno del pasado