Una de las expresiones más populares de Barcelona desde hace mucho tiempo para definir un lugar es “Los quince” (els quinze, en catalán), y el lugar, el cruce del paseo de Maragall con las avenidas de Borbó y Mare de Déu de Montserrat, que hoy en día es punto de encuentro de los distritos de Sant Andreu, Horta-Guinardó y Nou Barris, aunque antiguamente solo era la confluencia de los de Horta y de Sant Andreu.

Este topónimo popular surgió a partir de 1911 y en una fecha incierta, y lo hizo a partir de la entrada en servicio de la línea de tranvía número 46, que iba de la plaza de Urquinaona a Horta; el motivo fue el precio del billete, que costaba 15 céntimos, para ir desde la plaza de Urquinaona hasta este lugar. Hay versiones que citan la Torre Llobeta, otras, la Sagrera, refiriéndose al punto de la división de los distritos. Lo cierto es que en aquella época, a diferencia de hoy, que hay un billete integrado en precio único, el importe del viaje en tranvía tenía diferentes tarifas: la mencionada anteriormente; la de Urquinaona al Camp de l’Arpa, de 10 céntimos; la de Urquinaona a Horta, de 20 céntimos, y la del Camp de l’Arpa a Horta, de 10 céntimos. Unos viajes, los de entonces, en los que era normal que el cobrador anunciara con antelación los límites donde acababan los billetes. El grito de “Los quince”, en este caso, se hizo familiar entre los pasajeros de aquellos tranvías, que, poco a poco, lo fueron incorporando a su vocabulario para referirse a este lugar.

Hay que tener presente, también, que en aquella época el paseo de Maragall se empezaba a urbanizar, y que bajar en “Los quince” permitía a mucha gente llegar a diferentes núcleos poblacionales distribuidos en su entorno.

Autor: J. M. Contel

Pie de foto: Uno de los últimos modelos de tranvía de la línea 46.

(Fotografía: Els transports a Horta, de Desideri Díez)