Historia de la Clota
La Clota es un barrio pequeño, en la llanura, que a través del tiempo ha ido evolucionando como paraje rural, de raíz antigua, casas de payés y torres pequeñas entre las antiguas fincas de la Granja Vella (Martí-Codolar), Can Tarrida y Ca L’Andalet. Situada en una hondonada entre los barrios del Carmel, la Vall d’Hebron y Horta, la Clota es uno de los núcleos de población más antiguos del distrito. Su origen se produce a partir de la llanura de Can Tarrida, una antigua masía del siglo XIII desaparecida por la apertura de la avenida del Estatut.
El límite natural con la montaña era la Riera de Horta, y el torrente de Sant Genís, que atravesaba el núcleo urbano para desembocar en esta. La abundancia de agua tanto superficial como subterránea propició que fuera un territorio fértil con cultivo de productos de huerta, donde cada casa tenía su pozo, y con muchas balsas y acequias para regar los campos. Al mismo tiempo, la industria casera de las lavanderas, lo mismo que las de Horta, se destacó por ser una de las más relevantes desde mediados del siglo XIX y hasta bien entrado el XX.
El crecimiento urbano de la Clota ha sido muy poco intenso, por lo que ha conservado su condición semirrural a causa de una circunstancia heredada del planeamiento urbanístico a mediados de los años sesenta. Muchas de sus casas son de origen rural (con sobrenombres como Ca La Bugadera Rica, Ca L’Escabellat, Cal Senyoritu, Cal Reig, Can Raurell, Can Curé, Can Peronet, Can Gasparó...). Algunas casas hechas después eran autoconstruidas y todavía sigue habiendo algunos talleres y almacenes. Con la existencia de la tejería de Can Grau (ahora desaparecida), y almacenes y venta de materiales de construcción, era un lugar frecuentado por constructores y albañiles.
Sus habitantes tienen una gran conciencia de barrio a causa de sus características singulares, que lo han mantenido durante mucho tiempo aislado de su entorno, y la persistencia de familias de diversas generaciones. Durante muchos años han vivido con precariedad de servicios y en muchos casos en malas condiciones, pero ahora constituyen un reducto casi idílico, único en la ciudad.
Muchas de las calles de la Clota tienen nombres vinculados a la historia del territorio. Cabe destacar alguna de estas calles y casas importantes.