En el 2014 se inició la deconstrucción de la antigua anilla viaria, que dio paso a una transformación progresiva de este espacio de la ciudad, que llega hasta este 6 de noviembre, con la apertura del túnel por debajo de la plaza de las Glòries en sentido Besòs, que da continuidad al tráfico por la Gran Vía de manera subterránea. También se suma en la superficie una gran área verde para la ciudadanía, libre de vehículos privados, de más de 20.000 metros cuadrados.
Esta mañana ha entrado en funcionamiento esta gran infraestructura construida por debajo de cuatro líneas ferroviarias —la L1 de metro y las líneas R1, R3/R4 y R2 de Cercanías—. La transición a esta nueva forma de movilidad en este entorno de la ciudad comporta algunas modificaciones del tráfico.
El tráfico en dirección a la C-31 Badalona/Mataró pasa por el túnel, y el acceso a la salida por la calle de Bilbao también se ha de realizar por el túnel. Por otra parte, la incorporación a la Gran Vía que hasta ahora se hacía por la calle de la Llacuna se tendrá que hacer por la calle de la Selva de Mar pasando por Perú. Hasta que se abran los carriles en dirección Llobregat, que se prevé que sea a principios del 2022, los vehículos podrán seguir circulando como hasta ahora, por la plaza en la superficie.
La circulación alrededor de la plaza se articula en sentido mar por la calle de Los Castillejos, en sentido montaña por Badajoz-Independència, en sentido Besòs por Bolívia y en sentido Llobregat por Aragó. En la superficie, el espacio está reservado para las bicicletas, los peatones y los autobuses urbanos. Los buses interurbanos circulan por el interior del túnel.
Se prevé que esta infraestructura canalice el tráfico que hasta ahora circula por este entorno, que es de 78.000 vehículos diarios. De estos vehículos, 43.000 circulan de entrada a la ciudad y 35.000 de salida. Antes del inicio de las obras, la cifra total en este punto era de 95.000 vehículos.
Una infraestructura de gran complejidad
Ha sido una de las obras de más complejidad ejecutadas hasta ahora en la ciudad y ha dado lugar a un túnel de 957 metros (1.157 si se añaden las dos rampas), con dos tubos independientes de circulación unidireccional y que llega a tener una profundidad máxima de 25 metros en la zona de debajo de la plaza.
Consta de dos tramos: el primero, de 508 metros de longitud, entre las calles de Los Castillejos y de Badajoz, a una profundidad máxima con respecto a la rasante de la plaza y por debajo de las líneas ferroviarias de 25 metros, y el segundo, de 449 metros, entre las calles de Badajoz y la rambla del Poblenou, de una profundidad media de 10 metros.
La obra ha requerido la ejecución de 60.000 metros cuadrados de muros pantalla —algunos, en el centro de la plaza, a 54 metros de profundidad— y 25.000 metros cuadrados de pilotes de hormigón. Durante la construcción se han tenido que bombear diariamente 25.000 metros cúbicos de agua freática, equivalentes a 10 piscinas olímpicas. Incorpora la última tecnología en medidas de seguridad y control de túneles, con salidas de emergencia separadas por una distancia de 200 metros y un nuevo control de operadores de túneles que se ha trasladado y abre una sede dentro de la Central de Servicios Municipales, en la calle del Torrent de l’Olla.
Se hará un seguimiento permanente las 24 horas.
Un gran espacio verde
En abril del 2019, durante la primera fase de obras, se abrió al público un nuevo espacio verde, de 20.400 metros cuadrados, para la ciudadanía, que este septiembre ha sumado una hectárea más, con la parte de la Clariana, dotada de parasoles, tumbonas, bancos y sillas y que ofrece un programa de actividades.
Este 2021 el desarrollo de este gran ámbito sigue avanzando con la aprobación del plan que desarrolla urbanísticamente el espacio de la plaza de las Glòries del lado de mar, situado entre las calles de Los Castillejos, Badajoz-Independència, Consell de Cent y el parque de la Canòpia.